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Solo... sacrificios. 


MACK

Creo que pasó todo al mismo tiempo:

Yo entendí que Jael acababa de decir que había traído a su creación.

Y Ax giró la cabeza, de pronto con mucha alerta, hacia la puerta de la sala.

No necesité tener un sentido sobrenatural como el de él para saber que acababa que presentir que algo extraño se acercaba.

Así que a pesar de todo el revuelo mental que estaba sufriendo por las revelaciones de Jael y lo que significaban, reaccioné muy rápido y jalé a Ax de la mano para que saliéramos de ahí antes de que todo se pusiera feo.

Los guardias no nos detuvieron porque tal vez habían sido advertidos sobre lo que pasaría.

—Que conste que pudiste salvarte, Mack, pero preferiste morir con ellos. —Fue lo último que escuché a Jael decirme mientras Ax y yo salíamos apresuradamente.

El caos advertido, por supuesto, no tardó nada en desatarse.

Justo en lo que ambos pisamos el pasillo, una de las paredes fue partida en pedazos. Los trozos volaron por todas partes, creando una nube de restos que nos impidió el paso por un momento y nos obligó a cubrirnos la nariz y los ojos con los brazos.

Y ese "Jaden" que su padre había asegurado haber creado para matar a todos los STRANGE, entró con tanta fuerza que hizo vibrar el suelo.

Con un pánico latente busqué su figura en medio de la densa nube de restos. Sentí que necesitaba verlo. Necesitaba ver qué le habían hecho.

Pero no vi ninguna figura porque, en realidad, lo que había reventado la pared no era visible.

Entendí que estaba ahí, sí, y que empezó a acercarse tan rápido hacia nosotros que se notaba cómo sus pasos hacían estremecer el piso.

Pero de alguna manera era... ¿invisible?

Solo Ax lo percibió con precisión. Sus sentidos sobrehumanos advirtieron que iba a ser golpeado por algo, y en un reflejo rápido e inteligente extendió su brazo y creó una especie de campo de sombras ante ambos para que sirviera de escudo.

Lo hizo en el momento justo. Lo comprendí porque de repente una fuerza impactó contra el escudo de Ax. De hecho, con tanta potencia que casi hizo que Ax fuera arrastrado hacia atrás, pero gracias al cielo no fue así, sino todo lo contrario:

La colisión entre ambas fuerzas, la del escudo y la del ataque, rebotó a la creación de Jael contra la pared del fondo.

Aproveché esa ventaja de que había sido arrojado lejos y jalé a Ax de la mano para seguir corriendo por el pasillo y huir.

Por supuesto, aquella figura invisible se levantó del golpe y se lanzó a buscarnos, ya no solo corriendo por el suelo sino también por las paredes. Y estuve segura de que era así porque escuchamos algo chocar consecutivamente de forma enfadada contra la pared del techo para perseguirnos.

¡¿Qué era, un animal?! ¡¿Cómo podía correr de esa forma?!

Sin embargo, caí en cuenta de que el horror no era solo que estábamos siendo perseguidos por algo invisible. Sino que también, con cada metro que él avanzaba hacia nosotros, la estructura que dejaba atrás se iba derrumbando.

La fuerza con la que intentaba alcanzarnos era tan rápida, poderosa y destructiva que, si era que la creación de Jael tenía patas o pies, estos resquebrajaban y rompían las paredes y el techo con sus veloces pasos.

S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora