Capítulo 22 parte I

26.1K 2.4K 3.6K
                                    

Hola mis desviadas, preparense que estos capitulos se vienen fuertes.

Ya saben la dinamica, la meta de estos capitulos son de Mil votos y 2 mil comentarios. Se que son unas cosas pero barbaras que van a llegar sin problema.

PD: No pierdan de vista los detalles y tomense el tiempo para leer el capitulo. Las amo. 🥰😘😈

«¿Amo? ¿Le acaba de decir amo?»  «¡Matala!»

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

«¿Amo? ¿Le acaba de decir amo?» «¡Matala!»

Me sujeto del escritorio sintiendo como la sangre se me vuelve lava, las mejillas me arden, los ojos igual, el estomago se me revuelve. «No, no lo dijo, debí escuchar mal» Trato de tranquilizarme pero el ardor en mi pecho no me deja ni respirar.

—¿No me dijiste que te llamas Agatha? —le pregunto y la maldita me sonríe.

—Así me llamo, Domina es mi nombre de sumisa, imagino que a eso vienes ¿No? Ya que el amo nunca me llama por ese nombre delante de otras personas, personas que no sean sus sumisas, claro. —responde y es como si me hubiesen arrojado ácido al rostro.

«¡¿Sumisas?! ¿¡EN PLURAL!?» «¡Matala!»

—¿El sanitario? —pregunto y la tipa me señala la puerta.

—No tardes que al amo no le gusta esperar.

Me regreso sintiendo como un velo rojo se apodera de mí al volverla escuchar llamarlo así. —¡Vuelvo a llamarlo amo y te juro que te pego un tiro, regalada de mierda! —pierdo los estribos y sin verlo venir le suelto una cachetada...

—¿Elena? ¿Te pasa algo? —me pregunta y me doy cuenta de que ando alucinando.

—No tardo. —digo caminado hacia el baño, sintiendo que estoy a punto de ahorcarla, entro cerrando la puerta, el pecho no deja de latirme con fuerza.

«¡Puto! ¡Puto! ¡Puto!»

Dándoselas de celoso posesivo cuando el muy cabrón se andaba tirando a más de una.

El recuerdo de su sumisa en Death me avasalla, recordando como él fue con ella, como la sometió, como la amarro, mi maldita mete me proyecta a la regalada de la asistente siendo amarrada y sometida igual, el solo pensar que ella lo toca me genera un ardor en la garganta.

Me quito la pañoleta del cuello, haciendo una bola para meterla a mi boca y gritar. —¡AHHHH! —grito con todas mis fuerzas, jamás me había sentido de esta manera, nunca en mi vida había sentido tantos celos, no me reconozco, esta no soy yo «¡Matala maldita sea!» Abro el agua del lavabo cuando vuelvo a gritar, es que si lo sabía, si algo me dijo que el maldito no pudo tener su maldito miembro quieto.

«¿Qué esperabas que estuviera en abstinencia?»

¡Sí! O al menos tener una relación, sabía de la tal Meli... no sé qué mierda y sabía que esa maldita era parte dé su vida, pero jamás me imagine que este cabrón anduviera de prostituto cogiéndose a medio mundo, que anduviera de amo y dominante, eso es mío, por derecho.

AnheloWhere stories live. Discover now