Capítulo 54

14.1K 1.7K 2.4K
                                    

—¿Lista?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¿Lista?

—¿Cómo me veo, mi amor? —le pregunto a Edmond. Traigo puesta una peluca rubia, lentes de contacto y tatuajes falsos.

Es lo máximo que pudimos lograr. Debemos ir a Finlandia para cambiar mi físico de manera permanente. Ese proceso durará algunas semanas y es por eso que se acordó primero infiltrarme en la extensión y después hacer los cambios.

Aún no me creo que podré verlo de nuevo. Llevo días sin poder dormir, soñando, anhelando ese momento de tenerlo frente a frente siendo yo. No importa que no me reconozca, solo importa que lo veré, podré sacarlo de la cárcel y aunque no pueda decirle la verdad, existe la posibilidad de que no me odie cuando esto termine. Y eso me hace muy feliz.

«¿Alana, no te emociona?», le pregunto esperando una respuesta, pero como de costumbre, no obtengo respuesta.

«Deja de hacer eso. Recuerda que no puedes desconectarte. Concéntrate, reinita».

«Sí, señora», respondo, saliendo de mi mente. Aún es difícil controlar esto, pero poco a poco he logrado reducir el tiempo en el que me desconecto de la realidad.

—Te ves muy hermosa. Eres toda una reina —me dice, y le sonrío, besando su rostro.

No me quiero separar de él, pero es necesario.

—Prometo volver con papá.

—¿Crees que me ame? —me pregunta de forma timida.

—Te va a adorar —le digo y sonríe. 

—Te amo, mami.

—Y yo a ti, mi príncipe hermoso —le respondo, despidiéndome de él.

Dick ya está en la hermandad esperándome. Por fin logró que destituyeran a mi tío y también expulsó a la mayoría de sus hombres. Ahora solo queda que Rebeca e Irina me atrapen. Con eso en mente, me monto al helicóptero, dejando a mi bebé atrás, convencida de que esta misión se debe lograr a como dé lugar. No hay otra alternativa.

✦ ───────────────────✦

—Deja de ser tan dramático que apenas te toqué.

—Conse, tengo cuatro costillas rotas. ¿Si recuerdas que era fingido?

—Y fingí. De hecho, no iba a golpearte tan fuerte, pero vi que Beca estaba espiando y no podía contradecirme. Además, sentí tu mala vibra y no me gustó.

—¡Era fingido! —grita, abrazándose sus costillas, quejándose como un bebé.

—¡No me grites! —respondo, sintiendo cómo me tiembla la barbilla. —Se sintió real. Casi te creo que no me soportas. Mejor dime de una vez, ¿fingiste soportarme todo este tiempo, verdad? ¿Estás harto de ser niñero? ¡Dímelo de una vez!

AnheloWhere stories live. Discover now