"Anhelo", la culminación emocionante de esta cautivadora historia, guarda para desatar una tormenta de emociones que solo se intensifica después de haber recorrido las páginas de "Prohibido".
Los caminos de Alena Russell y Alexander Hoffmann se cruz...
¡Mis desviadas! Les traigo capítulo para que ya no sufran con el adelanto en Telegram. Por si no lo sabían, las metas volvieron: serían 850 votos y 2500 comentarios para subir capítulo el domingo. ¡Así que a darle!
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— ¿Puedo pasar? —pregunta Viktor a T después de tocar la puerta de su habitación tres veces. —¡Mierda! —suelta volteándose de inmediato.
—¡¿Por qué mierda no tocas?! —gruñe T tapándose con la sabana la polla, estaba masturbándose pensando en Jack, por lo que no se dio cuenta cuando el hacker toco.
—¡Toque! ¡Varias veces! —le responde Viktor sintiendo como su corazón comienza a latir con fuerza, tiene el rostro completamente rojo. —¡Mierda T, no eres un puto adolescente! —brama segundos después.
«¿Esa mierda es normal?», se pregunta, de todos los años en que conoce a T, jamás lo había visto desnudo, y menos lo había visto con la polla erecta, llego a pensar que era asexual, ya que nunca le conocieron una pareja. «Vamos, Viktor, cálmate es solo una polla, una polla grande y... ¡Mierda!»
—¡Es tu puta culpa! Si no te respondía no hubieses entrado, así de simple —grita T, poniéndose rojo también por la vergüenza. —¿Qué mierda quieres a esta hora?
—Necesitamos hablar, no puedes seguir postergándolo —le dice Viktor, dándose la vuelta.
«¡Puta madre!», piensa poniéndose duro al instante. Ver a T, recostado en la cama, con el torso descubierto, con el cabello húmedo y la piel brillosa, le recuerda en la gran sequía en la que se encuentra.
«No, no, no» Trata de respirar correctamente, pero pareciera que su cerebro se desconectó. Por su parte, Devil recorre el cuerpo del hacker de arriba abajo, está arreglado, lleva puesto un traje negro, el cual pareciera estar hecho a su medida, ya que se pega al cuerpo del coreano como una segunda piel.
«¿Y ahora este a dónde mierda va?», se cuestiona Devil, siguiendo con su recorrido hasta que posa sus ojos en la tremenda erección que tiene el hacker ahora. Eso por alguna razón lo hace soltar una media sonrisa. «¿Pero qué mierda? ¿Acabas de sonreír, Devil?»
—¿Qué miras? —le cuestiona Viktor, tapándose la polla con la tablet que siempre trae consigo.
—Nada —carraspea Devil, regresando su mirada a la de Viktor. Ambos tienen la respiración acelerada, y ambos están completamente avergonzados, así que ambos deciden internamente dejar pasar el asunto. —¿Qué quieres? —le pregunta con fastidio. Le duele la polla, estaba a nada de correrse cuando el hacker ingresó.
—¿Saber qué demonios pasa contigo? —pregunta Viktor—. No entiendo por qué estás haciendo todo esto.
—¿Qué estoy haciendo según tú?
—No te hagas, no me creas imbécil, T, sé perfectamente que gracias a ti, Jack no
se me acerca. Necesito que me digas, ¿qué mierda le dijiste? —pregunta Viktor, tratando de controlar sus latidos. Por más que intenta, no puede dejar de ver el torso de T.
