"Mi Único Amor". [Taekook]

epílogo

Quería morirse, se sentía sucio, su cuerpo dolía por haberse negado lo que causó que Wang lo golpeara hasta dejarlo inconsciente, sus ojos apenas estaba abiertos, solo veía la sombra de Wang vistiéndose después de destrozarle la vida por segunda vez.

Tembló en su lugar al ver cómo Jackson se acercaba nuevamente a él.

— no sabes cuándo te extrañé cariño, extrañé jugar contigo — dijo mientras dejaba un beso brusco en los labios del menor.

El pelinegro ya no tenía fuerza para negarse o defenderse, su cuerpo estaba golpeado.

Wang salió de la habitación dejándolo tirado en la soledad, pero prefería estar así, solo en ese sucio suelo, como la basura que se consideraba.

Pasó ahí varios minutos hasta que escuchó pasos, se alarmó al darse cuenta que esos pasos se dirigían hacia la habitación, como pudo se arrastró hacia una esquina de la cama, debía esconderse, soltó un chillido al ver como una mancha de sangre quedaba por donde pasaba, llevó su mano a su parte baja asustandose al ver que de ahí provenía la sangre.

Cerró sus ojos al escuchar el rechinar de la puerta, luego unas sombras entraron.

— déjalo ahí — dijo una voz, la cual pudo reconocer, era Rosé.

Luego de eso la puerta se cerró fuertemente para luego escucharse un llanto, a como puso salió de su escondite, viendo una pequeña caja de cartón, de ahí provenía el llanto.

Se acercó y sus ojos se abrieron sorprendidos al ver a la pequeña bebé en la caja, era la bebé de Hoseok.

A como pudo la tomé y trató de arrullarla para que su llanto se calmara.

Fue cuestión de minutos para que la bebé quedara dormida en sus brazos.

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— debemos calmarnos — habló Somos, después de ver a todos tan alterados.

No tenían noticias de Jungkook ni de la bebé, estaban perdiendo la cabeza y ¿como no? Esas personas eran muy peligrosas, temían por la vida de sus seres queridos.

— tía Somi — Jimin se separó de los brazos de su novio y se acercó a la pelinegra — ¿Mamá les hará algo?

Somi entendía al rubio, era muy díficil creer que su madre, la mujer a la cual adoró durante toda su vida fuera una persona peligrosa, siempre la vió como la mejor mujer del mundo, le dolía creer que fuese capaz de dañar a alguien.

— cariño — Somi se acercó a él y acarició sus mejillas — debes aceptar la realidad por muy dura que sea, tu madre es una delincuente, no está bien mentalmente, y para ayudarla debemos evitar que dañe a más personas y debemos hacer que pague por los delitos que cometió.

El rubio asintió mientras las lágrimas corrían sin parar por sus mejillas, quería ser fuerte, pero no podía nunca fue alguien fuerte, siempre fue un llorón, no quería que lo vieran en ese estado, así que se acercó a su hermano abrazándolo y escondiendo su rostro en el pecho ajeno.

Taehyung acarició los cabellos de su hermano, trataba de calmarlo, pero era imposible, él estaba mucho peor, aunque no lo demostrara la situación me estaba afectando demasiado.

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Tres días, tres días en ese infierno, Jungkook debía ser fuerte por la bebé entre sus brazos.

Agradecía tanto que Wang no volviera a esa habitación, pero también temía, sabía que planeaban algo, algo que posiblemente acabaría con él.

Arrulló a la bebé entre sus brazos, pero ni así dejaba de llorar, obviamente lloraba del hambre, pues esas personas solo les daban de comer una vez al día, lo cual afectaba demasiado a la bebé.