¿Y si el mundo a tu alrededor fuera completamente diferente? ¿Qué pasaría si cada sonido que escucharás fuera amplificado hasta hacerte eco en el corazón? Elizabeth tiene que cuestionarse esto mientras aprende a tratar con su nuevo vecino, un músico...
Un sorbo a sus cafés, un suspiro al mismo tiempo, y Elizabeth levantó la vista al cielo sintiendo que por fin había encontrado la paz. Meliodas y ella estaban sentados lado a lado en una banca del parque frente a su edificio, y no hacían nada en particular. Solo estaban matando el tiempo. Solo estaban dándose un momento para respirar, disfrutar la belleza del otoño y la compañía uno del otro. Había cambiado mucho.
Solo llevaban unos meses desde que se conocían, pero la albina sentía que aquel pequeño rubio había cambiado su vida. Ahora era más paciente, más honesta. Y lo más importante, era más sensible al mundo que la rodeaba. Cerró los ojos escuchando el viento, el movimiento de las ramas, y el sonido de pisadas haciendo crujir las hojas secas que luego se elevaban. Volvió a suspirar, llena de gozo, y luego sonrió mientras se concentraba aún más en lo que oía.
Podía escuchar la respiración de Meliodas, el roce de su suéter contra su chamarra. Podía escuchar los latidos de su propio corazón, emocionado por la cercanía de quien, no le cabía duda, se había convertido en su mejor amigo. Otro trago a su pumpkin spice latte, un suspiro más, y esta vez, el silencio fue roto por él.
—Qué sonido tan hermoso.
—¿Hm? ¿Cuál de todos, Mel? —Aún le parecía increíble su capacidad de escuchar. Lo que para otros era silencio, para él era toda una orquesta llena de color y movimiento. Incluso en ese lugar tan tranquilo, no se podía imaginar la cantidad de cosas que estaría percibiendo. Entonces el ojiverde suspiró también, giró y, por primera vez desde que se conocían, logró mirarla a los ojos unos segundos.
—Tú —declaró, y ella sintió como si por un momento se hubiera quedado sorda—. Tú eres uno de los sonidos más hermosos que he oído. Eres un sonido tan gentil, como las hojas cayendo de los árboles en otoño. —Quería llorar. Siguió mirando esos iris verdes que la cautivaron sintiendo su pulso en los oídos, y cuando él finalmente no pudo resistir y bajo la mirada, su primera reacción fue reír con fuerza.
—Bueno, gracias. Tú también tienes un sonido hermoso. —Le respondió, y ambos se ruborizaron tanto que prefirieron clavar los ojos en sus vasos de café.
No podía saberlo, pero él también pensaba en lo mucho que había cambiado. Ahora era más valiente, más flexible. Ya no le molestaba tanto tener que salir de la rutina. Y a veces, como en ese momento, lo deseaba, solo por estar un par de minutos más con ella y simplemente escuchar.
—¿Irás a mi fiesta de Halloween?
—Claro. Ya hasta sé de qué iré disfrazado.
—¡Perfecto! —se emocionó Elizabeth, asombrada de que dijera que sí. Sería la primera vez que su familia y amigos lo verían, la primera para convivir. Súbitamente nerviosa al darse cuenta que se sentía como si fuera a presentarles a un novio, se acabó su latte de un trago, se paró, y salió corriendo pisando tantas hojas como podía siendo perseguida por él.
***
Fufu...
Fufufu...
Ha iniciado *w*
¡Hola a todos! Aquí Coco, quien da por oficialmente por inaugurado nuestro Maratón de Halloween 2023 UwU ❤ y que que espera podamos pasar juntos una maravillosa, mágica y escalofriante cuenta regresiva hasta el día de brujas. Les mando un beso, un abrazo y, si los espíritus lo quieren, nos estamos viendo pronto en esta historia y más, ¡Ya saben qué hacer! *0*
Posdata: como es nuestro día inaugural, también podrán encontrar un nuevo capítulo en Lo que tod@ chica/gato debe saber y el estreno de, mi nueva obra, ¡Travesura de Halloween!
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