24 El sonido de... un teléfono vintage

179 36 4
                                    

Se sentía culpable. Muy culpable. Ya habían pasado varios días, pero Elizabeth no podía sacarse de la cabeza las palabras de Zeldris. ¿En verdad hacía daño a Meliodas estando con él? ¿Quién lo lastimó en el pasado? ¿Cómo? ¿Y qué ocurrió que fuera tan grave como para poner a su guardián tan alerta?

Quería saber, se moría por preguntarle, pero tampoco se atrevía a hacerlo, ya que eso provocaría el desastre. Si lo hacía, tendría que confesarle que habló con Zel. Tendría que hacerle recordar a la persona que lo había herido, y aquel era el peor momento. Habían tenido su primera pelea. O bueno, algo así.

Fue una cosa insignificante, la verdad. Ella decidió instalar un teléfono fijo en su casa, él lo desenchufó y lo escondió en el tejado. Cuando lo confrontó al respecto, insistió en que lo había hecho por el ruido, pero aún no había recibido más llamada que la de prueba, y su adorable novio era pésimo mintiendo. Le preguntó en broma si era por celos. Él se ofendió y se fue haciendo berrinche sin contestar.

—Cielos. —suspiró. Estaba regando las flores del pequeño jardín que le permitieron tener en la planta baja, y estaban comenzando a verse algo empantanadas. Vaya forma de prepararse para la primavera.

—Creo que las pobrecitas se ahogan. —dijo una voz en tono dulce, pero antes de que pudiera darse la vuelta, la albina fue tacleada por un abrazo.

—¡Meliodas!

—Lo siento —murmuró apretándola más y pegando la cara a su espalda—. Lo siento mucho. Sí fue por celos. Me gusta cómo suena el timbre del nuevo teléfono. Es muy vintage.

—Cariño —se dio la vuelta en pleno ataque de ternura—. Oh, cariño. No tienes nada que temer —Tomó su rostro entre sus manos para acariciar sus mejillas, y le dio un corto beso con el que lo ruborizó—. No temas las llamadas al teléfono. No hay nadie más. No quiero a nadie de la forma en que te quiero a tí.

—¿En serio?

—En serio.

—Entonces, ¿me perdonas? —La respuesta, fue otro abrazo, y suspiraron al mismo tiempo con la cabeza de él apoyada en sus pechos y las manos de ella en su cintura. Fue cuando Elizabeth se dio cuenta. Era tan simple como eso: no amaba a nadie como amaba a Meliodas. Zeldris tendría que entender.

—¿Qué fue lo que te hizo dudar? ¿Todo está bien?

—No. Vi al tipo que me amenazó el otro día. Tu exnovio.

—¡¿Qué?! —se alarmó—. ¿Cuándo? ¿Dónde?

—En el centro de la ciudad. Fue una coincidencia.

—Sí, tal vez —Pero no estaba segura de eso. Tendría que hacer algunas averiguaciones para descartar cualquier peligro para ellos, pero pensando en aquello, la albina no pudo contener la pregunta—. Mel, ¿también revisaste mi celular?

—No —contestó con franqueza—. Es una receta para el desastre. Me obsesionaré si lo hago, y además...

—¿Sí?

—Bueno —Parecía tan culpable como se sentía ella—, ya lo hice con alguien en mi pasado, y no salió nada bien. Me lastimó.

—¿Quién? —cuestionó, sintiéndose tan celosa como seguro se había sentido él—. ¿Quién te lastimó, amor?

—No quiero hablar de eso. ¿Mejor luego? —El pobre se veía tan abatido que decidió que lo mejor era dejarlo estar por el momento.

—Sí. Luego. Yo también tengo algunas cosas que quiero platicar contigo. Por ahora, ¿qué te parece si conectas de nuevo el teléfono mientras yo hago la cena?

—De acuerdo. Esto... ¿Ellie? Llamó tu papá. —Así que sí hubo una llamada que causó todo eso.

—¿Sí? ¿Y qué dijo? —Apenas aguantaba la risa de verlo. Su cara estaba cada vez más roja.

—Te... te invita a cenar. —Parecía una adorable cereza.

—¿Sólo a mí? —Un pestañeo con coquetería, una sonrisa traviesa, y el pobre no pudo resistirla más.

—¡Está bien! También me invitó a mí —confesó—. Pero Ellie, no estoy listo.

—Claro que sí —Un beso en cada mejilla, uno en la frente, y con el último en los labios él se derritió—. Eres el hombre al que amo. Y un caballero encantador. Vamos. Debemos conectar el teléfono otra vez para avisarles que iremos. 


***

Y así, la primavera comienza dulcemente ^u^ Hola a todos, aquí Coco, quien regresa a esta bella historia con un toque de miel y picante, y espera que reciban estos días soleados llenos de amor y energía. Estamos por terminar oficialmente la primera temporada y las cosas se están poniendo interesantes, fufufu *u* ¿Listos para lo que se viene? Marzo ya está aquí, mis coquitos, les deseo lo mejor en este inicio de semana, de mes, y de estación. Nos vemos pronto para más. 💋

Sonidos del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora