20 El sonido de... un pincel sobre el lienzo

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Las cosas estaban cambiando. Solo en su estudio, Meliodas suspiraba deslizando el pincel sobre el lienzo, deleitándose con el sonido suave de las hebras y la tela mientras reflexionaba. Estaba en el mismo cuarto, el mismo edificio, haciendo lo mismo que hacía cada vez que necesitaba liberar emociones y la música no bastaba. Sin embargo, todo lo demás era diferente. Él era diferente, y sonrió mientras añadía otra pincelada pensando en la causante de aquella revolución en su interior. Elizabeth había puesto su mundo de cabeza.

La chica de al lado, la vecina, su mejor amiga. Y ahora, su adorada novia. Jamás imaginó que en tan poco tiempo pudiera llegar a amar a alguien tan profundamente. Mezcló una nueva tonalidad de rosa en su paleta mientras recordaba lo vivido el año pasado, y volvió a suspirar, incapaz de expresar, incluso en pintura, todo lo que le había hecho sentir.

Comenzó con el sonido de una puerta rechinando, puerta que se abrió para mostrarle una sonrisa tan dulce y gentil que lo hizo temblar. Una cuchara removiendo azúcar, risas los viernes, un llanto lleno de tristeza. Y películas. Muchas películas, momentos robados que sonaban a risa y que por fin pudo disfrutar. Otro suspiro se elevó desde su pecho, y casi besa el tono de azul que acababa de crear y que era la parte más importante de la pintura que estaba por terminar.

También había experimentado otras emociones. Miedo al oír su lamento cuando ella enfermó, también cuando cayó aquella tormenta. El confort que sintió en sus brazos, y que no había sentido con nadie más. Bueno, tal vez... con esa persona. Pero le había abandonado. Y Elizabeth seguía ahí, queriéndolo a pesar de cómo era. Pasó el calor del verano, el viento del otoño, luego llegó el frío del invierno, y ella no lo abandonaba. 

«Eres uno de los sonidos más hermosos que he oído», le había confesado. Pero aún le faltaba oír mucho más. Su piano había estado tan lleno de ella, las notas llenaban la casa igual que su presencia, era tan brillante y sagrada como el espíritu de navidad. ¿Y su primer beso? Ese trino aún sonaba como campanas en su corazón. Si además consideraba lo exquisita que fue su noche de año nuevo... Se ruborizó de golpe y terminó su trabajo de ese día con una pincelada en tono plateado.

¿Aceptaría ser su Valentín en febrero? ¿Qué les traería la primavera? ¿Llegarían de nuevo al verano juntos? Eso esperaba, pero aún había algunas nubes negras alrededor. No creía que el peliplateado se hubiera rendido u olvidado sus amenazas. Aún no le confesaba a Zel que su mejor amiga se había convertido en algo más. Y además, pronto tendría su evaluación con el doctor. Bueno, ya vería cómo ir solucionando todo eso.

Se puso de pie y se alejó para apreciar su obra de arte, y se alejó con la sensación de que todo saldría bien. Después de todo se amaban. Su vida juntos apenas estaba por comenzar. 


***

Y así, otro año comienza, fufufu ^w^ ¡Hola a todos! Aquí Coco, quien desea hayan pasado un feliz día de Epifanía (así se le llama a los santos reyes >u<), y quien les desea a todos un bendecido y muy bonito arranque de año. Como pueden ver, nuestro rubiecito, como nosotros, esta comenzando una nueva fase. ¿Qué retos se vendrán? ¿Qué hermosos momentos o aventuras emocionantes? Aún no lo sabemos, pero como Coco sigue aquí para compartir todo eso con ustedes, no queda más que darles un beso, un abrazo y, como siempre digo, nos vemos el próximo domingo para más 💕

Posdata: hay buena nueva en ni nueva versión de Coconews ^3^ No se lo vayan a perder. 



Sonidos del AlmaWhere stories live. Discover now