28 El sonido de... la primavera - Final de temporada

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Hola a todos, aquí Coco, quien está a un mismo feliz y triste, con el corazón lleno por este cierre de ciclos y llena de esperanza por el mañana UwU Hoy oficialmente concluimos la primer temporada de Sonidos del Alma, y tras esto, la obra entrará a un breve descanso. Tranquilos, espero poder traerla de nuevo pronto ^u^ Solo necesito organizar mis ideas... yyyy, solucionar cierto asuntito que seguro saben y que ha venido a revolucionar Wattpad esta primavera. Vayan a mi historia COCONOTICAS en el apartado de abril para enterarse del chisme completo. Por ahora, nos despedimos de esta parejita, no sin antes darles un beso, un abrazo, agradecerles todo su apoyo y, como siempre, prometerles que nos volveremos a ver pronto en esta y otras historias. Ya saben qué hacer 💋

***

Era la primavera en su máximo esplendor. Meliodas y Elizabeth estaban acostados uno al lado del otro en una manta sobre el césped, disfrutando de la sombra y de la suave brisa bajo un gran árbol. El aire olía dulce, a algo misterioso entre miel y limón. La caricia de un cálido sol les entibiaba el cuerpo y el corazón. Con los ojos cerrados, disfrutaban los sonidos de la naturaleza que los envolvía, el susurro de la hierba, la danza de dientes de león, y el zumbido de unas abejas lejanas.

La albina giró su cabeza para ver su perfil durmiente, y suspiró desde lo más profundo de su ser contemplando en sus pestañas doradas y mejillas rosas todas las estaciones que ya habían pasado juntos. Verano, otoño, invierno, y ahora, primavera. ¿Cuántas más vivirían? ¿Cuánto más crecería su amor mientras pasaba el tiempo? ¿Podrían estar juntos algo parecido a "por siempre"? Entonces el pensamiento que había estado en su interior por varios días revoloteó otra vez en su pecho como una mariposa. Era hora.

—¿Meliodas? Aquella noche, cuando dijiste que me quedara contigo... hablabas de vivir juntos, ¿verdad? —Él abrió lentamente los ojos, y el rubor se incrementó mientras asentía.

—Sí. Lo siento.

—¿Por qué lo sientes?

—Por haberte propuesto algo así de la nada, incomodándote. Fue una tontería. No era un buen momento. —La peliplateada extendió su mano y, sin que él la mirara, entrelazó los dedos con los suyos.

—Ahora es un buen momento. —Meliodas inhaló fuerte por la sorpresa, y la apretó de vuelta mientras sus pupilas se dilataban y sus labios temblaban con una sonrisa.

—Entonces, si te lo pido ahora... ¿Tal vez dirías que sí? —Aún no la miraba, tenía sus iris verdes apuntando hacia el techo de hojas sobre ellos, pero a Elizabeth no le hizo falta que volteara para saber cuáles eran sus sentimientos. Podía sentir sus fuertes latidos a través de la palma, lo que le estaba pidiendo era enorme, pero lo que debía contestarle era extremadamente simple.

—No tal vez. La respuesta es sí. —Él expulsó todo el aire que había estado conteniendo con algo parecido a un gemido, y ella rió mientras se pegaba más a él—. ¿Por qué no volviste a mencionarlo?

—Es que era riesgozo. Temía que terminaría pidiéndote matrimonio en vez de solo mudarnos. —Fue su turno de inhalar con fuerza, de sentir un nudo en la garganta y los ojos humedecidos.

—¿Y si te dijera que también es buen momento para eso? —Esta vez, sí que volteó a mirarla. La felicidad y el miedo danzaron en sus ojos como un reguilete y, al final, lo que terminó imperando fue la tristeza.

—No Ellie, no lo es. Apenas estoy aprendiendo a ser una persona completa, un buen novio. No podría ser un buen esposo para ti. —Silencio, una canción con guitarra comenzando a los lejos, y entonces añadió las palabras que eran la llave de su futuro—. Al menos, no aún. —El viento sopló, tan juguetón e inquieto como el corazón de ella, y luego la impulsó a decir lo que más anhelaba en el mundo.

—Y, si dentro de un año soy yo quien te lo pide. ¿Tal vez dirías que sí? —Su respiración se cortó, un ligero temblor le recorrió por completo.

—Sí. Tal vez. —No podía saber que él ya había comprado el anillo. El anillo para una promesa que ninguno sabía cuánto se tardarían en cumplir.

—Y si, por ejemplo, te dijera que algún día quiero ser madre. ¿Tal vez considerarías ser el padre? —Unas ganas casi incontrolables de llorar asaltaron al pobre rubio. Sabía que sería difícil. Siendo como era, no sabía si podría ser un buen padre. Pero nada en el mundo le impediría intentarlo.

—Sí. Tal vez. —No podían dejar de mirarse, sus rostros se acercaron mientras sus labios se buscaban.

—Y si, hipotéticamente, te dijera que quiero amarte eternamente, por siempre, más allá de la muerte y en otras vidas. ¿Lo permitirías? ¿Tal vez... dirías que sí?

—No tal vez. La respuesta es sí. —Sellaron su pacto con un beso, y se dejaron ir en los brazos del otro mientras la primavera dorada los cubría—. Porque esa es la forma en que yo te amo a ti.

Mientras, en la ciudad vecina, una chica pelirroja hacía sus maletas para mudarse cerca de donde vivía su primer amor, y un chico albino con demasiada furia en su interior se subía a su moto para buscar por las calles la respuesta que le permitiera por fin olvidar a la chica que le había roto el corazón. Los nuevos retos apenas comenzaban a insinuarse en el horizonte, pero para todos ellos, la vida apenas estaba por empezar. 



Fin de la primer temporada. 

Esta historia continuará... 

💕



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⏰ Última actualización: Apr 15 ⏰

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