1. Leather and látex

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Había llegado a casa algo tarde con aquella caja de zapatos bajo el brazo, el moreno alzó una fina ceja en su dirección mientras esté le ofrecía el regalo con una sonrisa que no permitía a nadie saber sus perversas intenciones.

— ¿Qué es?

— Algo divertido— dijo encogiéndose de hombros antes de ir hacia el comedor dónde su deliciosa cena le esperaba seguido del español que miraba la caja sin saber muy bien que hacer con esta—por qué no la abres

—Tengo mis razones para sospechar— amaba lo suspicaz que era el moreno, se sentó haciendo una seña para que el menor saciará su curiosidad, un suspiro de parte de aquellos finos labios y el listón rojo fue desatado y la pálida cara de su novio se volvió de cera— ¿Qué significa esto?

— Bonito ¿no?

— Sísifo...

— Lo vi en una estantería y pensé en ti de inmediato, el negro siempre te ha sentado bien— se levantó acercándose al moreno para ve como sus orejas se enrojecían— por qué no lo modelas para mí

Saco con deleite un guante de látex negro poniéndolo delante del rostro de su pareja que no pudo evitar estremecerse medio por lo que escuchaba, medio por la sonrisa divertida del griego por qué sabía que no importaba la locura que le pidiera al moreno este siempre aceptaría tarde o temprano.

...

Las botas de tacón estilizaban las musculosas y largas piernas del extranjero, el sonido de los tacones contra la madera del suelo le enviaba un maravilloso escalofrío por su espalda.

—Precioso

— Es incómodo

— Si te vieras a ti mismo sabrías que vale la pena— los ojos fieros del amante parecían no estar de acuerdo a lo que sonrió para aligerar el ambiente— déjame verte mejor

Se puso de pie de su mullida cama y camino hacia el moreno, admirando cada centímetro de su piel expuesta: sus pálidos hombros, ese pecho amplio, los muslos gruesos de alabastro puro que está noche llenaría de marcas a conciencia y el plato principal unos glúteos firmes que ocultaban un tesoro entre sus montañas.

Se puso detrás sosteniendo las cuerdas del corsé que era lo único que cubría el cuerpo prístino de su pareja de años.

— mmmm... está algo flojo— desato los cordeles con cuidado notando como la piel del moreno se erizaba ante sus manos frías— toma aire

— ¿cómo?— el moreno giro la cabeza en su dirección mientras tiraba con todas sus fuerzas de las cintas del corsé, el pobre hombre casi se va hacia atrás sosteniéndose apenas del borde de la cama para evitar caer con esas prendas mientras que sentía su cuerpo ceder ante la apretada prenda.

— perfecto— Sísifo sonrió mientras se deleitaba de la cintura que se le hacía a su novio— realza tu figura

— es demasiado ajustado

— pero te queda de maravilla

Sostuvo la diminuta cintura para acercar al menor hacia él besando su cuello con calma mientras frotaba su naciente erección contra los muslos del contrario, tomo las manos del novio que yacían a sus costados inertes y las hizo pasar por su propio pecho con calma.

— como se siente— el moreno cerro los ojos mientras ladeaba la cabeza para que su novio tuviera más espacio para maniobrar con sus labios, deslizó las manos contra sus pezones— tomalos y pellizcalos como yo lo haría

Vio al menor tragar saliva antes de acatar la orden, lentamente dejo sus muñecas para bajar sus manos a sus caderas sujetándola con fuerza.

— cierra las piernas— paso su palpitante falo entre sus muslos, sintiendo los músculos del otro alrededor de todo su ser— todas esas sentadillas valen la pena, pasa tus manos más abajo, más lento, quiero que puedas sentirlo incluso atrevés de la ropa... más... ahora...

El pecho de su amante subía y bajaba con desesperación, aún no había tocado ninguna zona erógena y este ya estaba erguido y goteante.

— ven... vamos a la cama... tus piernas ya tiemblan y no quiero que caigas— le dio un beso en la mejilla mientras se sentaba enmedio de la cama mirando a su novio tratando de quitarse los zapatos— con todo... ya limpiaremos mañana

El Cid tragó saliva mientras gateaba hacia él con la cara roja y los ojos oscurecidos por el deseo, se acomodó a horcajadas sobre él, mientras el mayor sostenía su falo como presentando su sacrificio para el voraz agujero del moreno. La inserción fue como siempre lenta, a si le gustaba al español, era paciente y le gustaba sentir cada pequeño cambio en sus entrañas, pero Sísifo hoy se sentía muy travieso, tomo los muslos del moreno y tiro de ellos un poco hacia delante haciéndolo caer sobre él.

Caliente, húmedo y un poco rugoso, la sensación era maravillosa mientras el moreno trataba de recuperar un poco su postura, el griego no se lo dejo sentándose un poco para poder tener un mayor agarre de aquellos bollos antes de empujarlo arriba a abajo golpeando por suerte o inercia el dulce punto dentro de su amante.

— mastúrbate ahora

La sensación del látex contra su glande hinchado pronto hizo que la boca del moreno se abriera dejando salir jadeos y gemidos que no hacían más que excitarlo de sobremanera, cada nuevo embiste era más poderoso y frenético perdiendo el ritmo en su golpeteo carne contra carne.

Sintió los dedos del español aferrarse a su cabello para buscar su boca de forma hambrienta mientras su miembro golpeaba sus vientres y el del rubio su interior.

Un tirón demasiado fuerte de la melena rubia y la cabeza del moreno se fue hacia atrás mientras sus músculos se tensaban como alcanzados por un rayo y luego se relajaban de modo que parecía estar a punto de desmayarse, siendo sostenido por el rubio que evito que cayera de la cama al abrazarlo.

— mi amor... estás bien

— no puedo respirar— gimió contra su hombro y Sísifo empezó a deshacer los cordeles para dejar que sus pulmones se hincharan de aire, dejo unos besos suaves contra la mejilla de su amado sonriéndole con toda la ternura del mundo— eres maravillosa El Cid

— no se va a repetir

— oh...

— quiero zapatos más bajos... estos me lastiman

Sísifo no pudo evitar sonreír mientras miraba a su amado frotarse el tobillo. Beso, su boca con ternura.

— la próxima vez te llevaré conmigo para que escojas

Los secretos de PanTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon