4. Teratophilia

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Odiseo se había atado al palo mayor de su embarcación para no caer en el hechizo de las sirenas, pero él no corrió con la misma suerte.

Sus ojos se abren una última vez mientras ve aquella figura perdiéndose en la oscuridad del océano, no puede aguantar la respiración por más tiempo y su boca se abre condenándolo a la muerte.

...

Aquel pequeño centro de investigación le había llamado a la universidad ofreciéndole a ayudarle con su tesis, había estado los últimos dos años investigando sobre una forma en la de reactivar algunas áreas del cerebro estudiando algunas criaturas marinas, por lo que la oportunidad de hacer pasantías en un centro de vida marina era como si el destino le sonriera. Si bien tendría que mudarse a la isla de Quíos por una temporada este le parecía un coste bajo para su investigación aún que le dolía saber que no vería a su pequeño sobrino por un par de meses después de todo los niños crecían demasiado rápido y no quería perderse nada de Regulus más cuando la salud de su hermano era precaria.

— me llamarán si pasa algo— no era una pregunta, era una afirmación— y si no pasa también ¿Verdad?

Arkhes le sonrió negando con la cabeza por sus preocupaciones, Sísifo se había vuelto esa clase de persona que miraba primero por los demás que por sí mismo.

— podría buscar un lugar más cercano, aún puedo cancelar... no iré

— perderás el avión— Ilias le callo antes de poder concretar sus ideas, se miraron un momento los ojos del mayor parecían tan calmados y al mismo tiempo ordenaron que se vaya.

— estaremos bien, te llamaremos dos veces a la semana... una por teléfono y la otra por videollamada— Arkhes se detuvo justo en dónde debían separarse— Regulus querrá ver tu cara ¿Verdad?

El bebé dormía plácidamente en su cara.

— solo serán seis meses— a Sísifo se le encogía el corazón al ver aquel rostro redondo de mejillas rosadas— los extrañaré

— nosotros también— Arkhes sonrió mientras le abrazaba con cariño, lo quería tanto como si fuera su hermano— llámanos cuando llegues

Ilias le dio una manta para el vuelo, antes de darle unas palmadas en el hombro antes de que tuvieran que separarse de verdad, eso basto para que el pecho del joven rubio se inflamara por el deber de hacer algo bien con aquella tesis y poder volver pronto a su casa.

...

El vuelo de avión no fue muy largó, durmió gran parte del camino esperando que su llegada a media noche no fuese tan molesta. El instituto le había proporcionado una habitación en un hostal cercano a las instalaciones con una increíble vista al mar y a no más de veinte minutos de los bares y demás lugares de entretenimiento de la isla, sin embargo, Sísifo no podría darse el lujo de tomar descansos el tiempo que no estuviera en el laboratorio lo usaría para avanzar en su tesis.

Como prometió llamo en cuanto estuvo instalado, demasiado cansado para mantener una larga charla por lo que una vez que la llamada terminó cayó profundamente dormido en la cama sin siquiera quitarse la ropa de viaje o sacar nada de la maleta.

Su alarma sonó antes de las cinco de la mañana se apresuró a asearse mientras trataba de sacar aquella somnolencia de su sistema bajo el agua fría de la ducha.

Café y un bocadillo antes de salir hacia aquel enorme edificio de color blanco puro, se adentró por los pasillos siguiendo a una joven secretaria que lo llevo con el directo que le había solicitado

— doctor Saggita que gusto conocerlo

— buenos días, señor director— dijo con una sonrisa mientras estrechaba la mano del anciano, siguiendo de forma calma una charla sin importancia sobre el viaje y sus familias antes de ir directo al grano.

Los secretos de PanWhere stories live. Discover now