29.

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El viento fresco le pegaba en la cara mientras se dirigía en bicicleta a su trabajo, como era usual, las calles de Seúl nunca descansaban del bullicio y el ajetreo mañanero de cientos de personas que salían a trabajar como ella.

Por suerte para Lisa las fechas festivas ya habían pasado y eso le disminuía las horas laborales y el desvelo. La navidad que pasó con Jennie fue la mejor en su vida y el primer día del nuevo año habían salido a cenar a un restaurante italiano en Busan.

Dejó su bicicleta asegurada en el lugar de siempre y entró, yendo a buscar a su jefa a la oficina. Tocó la puerta y se abrió paso, encontrando dos caras familiares, Kim Taeyeon y...

—¡Kim Ahyeon!

—¡Lalisa Manoban!

Ambas corrieron a abrazarse.

Ahyeon era la hija de la jefa de Lisa, eran amigas porque la chica de 15 años solía frecuentar el restaurante en su tiempo libre para conversar con Lisa y Rosé. Pese a que era más joven era bastante madura y compartían gustos.

—Hace días no te veía por acá. —fueron las palabras de la castaña una vez se separaron del abrazo.

La castaña asintió —Andaba en New York con mami Tiffany. —mencionó a la esposa de su jefa.

Lisa jadeó sorprendida —Increíble. ¿Qué tal es allá?

Y antes de que Ahyeon pudiese responder Taeyeon negó con una sonrisa —Las charlas para otro momento, es hora de trabajar. —miró a Manoban que hizo un puchero y salió con resignación de la oficina.

Su hija hizo un puchero, un hoyuelo marcándose en su mejilla —Te dije que venía porque necesito la ayuda de Lisa unnie, mamá.

—¿Y qué sería eso? —puso los brazos en su cintura esperando respuesta.

—Escuché que Lisa unnie tiene una novia muy bonita, quería pedirle algún consejo.

Taeyeon la observó indignada —¿Y por qué no me pides ayuda a mí?

La más baja negó, su rostro expresaba disgusto —Me da cringe pedirte ayuda, mamá. No necesito saber cómo conquistaste a mami Tiffany. Necesito consejos modernos. —se fue dejándola con la palabra en la boca.

Estas chicas de hoy en día...

Y Ahyeon había pasado todo el día siguiendo a Lisa y sus preguntas no terminaban.

¿Y cómo la conociste, unnie?

¿Es mayor?

¿Qué es lo que más te gusta de ella?

Su jefa llegó a la cocina a eso de las 2 p.m. —¿Sabes qué, Lisa?

La aludida levantó la vista de la bandeja de papas fritas recién sacadas del aceite —¿Sí?

—Hazme el favor y te la llevas de acá. —señaló a su hija, la cual estaba en una esquina de la cocina sentada sobre un banco comiendo papas —Ya me duele la cabeza de escucharla, las paredes de acá son demasiado delgadas supongo.

—Pero... —señaló lo obvio, que era el hecho que estaba trabajando.

—De todos modos ya casi sales. Llévatela, ella anda dinero, dile que te invite a un café, no lo sé. Tampoco hay muchos clientes y Rosé llega a las 2:30 p.m. , Jimin y yo podemos mientras tanto. —le restó importancia.

Los ojos de la menor brillaron —¿En serio, mamá? —esta tarareó antes de salir —Unnie, ¿escuchaste? ¡Vamos, vamos! —brincó del asiento entusiasmada.

Lisa sonrió —Esa chica que te gusta debe ser increíble, ¿eh? —ya que la menor ni siquiera había notado el hecho de que su madre le dijo que estaba siendo molesta.

Sugar Mommy 𔘓 JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora