Sugar Mommy 𔘓 JenLisa

35.

Manos temblorosas se aferraban hacia esa superficie de madera en un intento de detener el movimiento tedioso causado por los nervios que sentía, era una forma ineficaz de tener algo a lo que sostenerse mientras que otra parte de su miedo se hacia presente en gotas de sudor que bajaban por su rostro. ¿por qué tenía tanto miedo? ¿era miedo? ¿por qué?

Miró por la ventana después de revisar por decimoquinta vez en un corto periodo de 20 minutos la hora en su móvil. Las gotas de lluvia pegadas al ventanal hacían un poco difícil ver con claridad el entorno afuera del restaurante en donde se encontraba. Decidió que un restaurante poco concurrido era mejor para tener una conversación como la que planeaba tener con su novia.

Una de sus manos bajó hasta su rodilla, apretando y arañando, su tic nervioso haciendo que sus pies no dejaran de moverse. Era obvia su incomodidad, pero no daría marcha atrás.

Un mesero se acercó, quizá notando que no dejaba de mirar su reloj, como si la hubiesen dejado plantada ㅡ¿puedo tomar su orden o desea esperar más? ㅡsu mirada desdeñosa la hizo sentir peor.

Sin embargo, para bien o para mal, su novia llegó, su rostro no era visible gracias a la gorra de color negro sobre su cabeza ㅡUnos minutos más, por favor. ㅡél asintió un poco intimidado por el tono mordaz de Jennie y se alejó ㅡDisculpa la tardanza, el trafico a esta hora es terrible. ㅡexaminó a la pelinegra frente a ella, queriendo captar cualquier detalle que se hubiese perdido en los cuatro días en los que no se vieron.

Lisa observó su atuendo, vestía de forma casual, jeans, camiseta, chaqueta de mezclilla y un par de vans ㅡFueron solo 20 minutos, no es nada. ㅡtomó un poco de su agua, su garganta de pronto se sintió seca al sentir la mirada persistente en ella ㅡ¿cómo has estado? ㅡen esos cuatro días tampoco hablaron.

Jennie levantó las comisuras de sus labios levemente ㅡHe estado bien, supongo. ㅡbajó su vista al menú ㅡ¿y tú? ㅡno la miró, era bastante notorio que Lisa estaba un tanto incomoda.

ㅡIgual, bien. ㅡle hizo una seña al mesero. 

Lisa sabía que tenía que disculparse y no era por eso por lo que se sentía nerviosa, sus padres siempre le enseñaron la importancia de pedir perdón y de reconocer sus propios errores, no se puede pedir disculpas solo porque sí y no saber qué fue lo que se hizo mal, la importancia de esto radica en evitar cometer los mismos errores a futuro.

Mientras esperaban su comida, supo que era el momento indicado, tomó aire para calmarse y habló ㅡLa última vez que nos vimos actúe mal, dije cosas sin sentido y reclamé sobre las mismas cuando en realidad es algo que ni yo misma he hecho, como el presentarte a mis padres, por ejemplo. ㅡKim la miraba atentamente ㅡNi siquiera espero conocer a tu familia, no creo que sea algo que alguna de nosotras desee de hecho. Supongo que lo mencioné porque yo misma había tenido problemas con mis padres la noche anterior de ese día y no sé, parte de ese resentimiento se vio reflejado en la forma en la que te hablé. ㅡtragó saliva y continúo ㅡNo tomes esa pelea y esto como una justificación a mis acciones, sé que estuvo mal y espero me disculpes, por favor.

ㅡEntiendo, no sé qué problema hayas tenido con tus padres, pero lo que he visto a lo largo de nuestra relación es que eres muy cercana a ellos y espero que todo se resuelva. ㅡcomentó con honestidad ㅡSabes que puedes hablar conmigo sobre lo que sea. Pese a ello, mi forma de actuar tampoco fue la mejor, también te pido disculpas y bueno, por supuesto que te perdono. ㅡesperaba que esa última frase hiciera que el cuerpo de su novia se relajara, pero no fue así.

ㅡGracias, te lo agradezco y con respecto a tu disculpa, no tienes que disculparte, de verdad. 

Su comida llegó y empezaron a comer en silencio por un par de minutos, la postura incomoda de Lisa inquietaba a Jennie ㅡ¿te sientes bien? He notado tu incomodidad.