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—¿No crees que todo ha pasado muy rápido entre nosotras? —fue lo que preguntó Jennie mientras cubría su cuerpo desnudo con la sabana.

Lisa puso sus manos tras su cabeza mientras miraba el techo —Supongo que lo que pasó fue que hicimos click bastante rápido. Todo esto es relativo Jennie, puedes estar con una persona por años y aun así sentir que no has conectado con ella, o como nuestro caso, que hicimos click en pocos meses. Hay cosas que se dan sin importar qué.

La mayor se acurrucó en el pecho de su novia, tarareando con felicidad al escuchar sus pensamientos —Me gustaste desde el primer momento que te vi. Fuiste mejor que uno de esos caballeros de brillante armadura de los que hablan en los cuentos.

—¿Eso crees? Aunque pudo haber sido mejor.

Jennie asintió de acuerdo —Pero no lo podría haber deseado de otra forma.

—Puede que seamos lo opuesto al cliché de los dramas entonces. —acomodó uno de los mechones castaños de la mayor tras su oreja.

—Sea como sea, no me imagino enamorada de otra persona, Lisa-yah, ¿suena muy exagerado?

La pelinegra negó —Tampoco me imagino con alguien que no seas tú, ¿eso nos convierte en un par de exageradas?

Ambas soltaron una risita.

—Entonces no nos separemos nunca, jagiya. —declaró Jennie con seriedad.

—Eso suena bien para mí, jagiya...

....

Después de un día de trabajo largo en el restaurante, Lisa llegó a su casa, abrió la puerta con cuidado, esto para no sobresaltar a nadie y dejó sus zapatos en la entrada junto a su gorra, que quedó en el perchero.

Escuchó unas voces en la sala de estar y cuando iba a subir a su habitación escuchó su nombre.

—¿Cuándo le vamos a decir a Lisa? —fue la voz de su madre que susurraba.

Desde la sala de estar no se veía la entrada y esta, tenía una puerta corrediza para mantener cierta privacidad a la hora de traer invitados.

—¿Decir qué? No le diremos nada en absoluto, así como no le dijimos nada a Bambam y tiempo después se deshizo de la idea estúpida de estudiar cine.

—¿Entonces qué pretendes?

—Hay dos opciones, o se costea ella sola su carrera en artes —mencionó con desprecio —o esperamos que se dé cuenta de que lo que quiere estudiar no sirve para nada y buscamos una opción ideal para ella.

Lisa se recostó contra la pared estupefacta, sus ojos llenos de lágrimas que amenazaban con salir.

Se sentía traicionada.

—Está bien, querido. Simplemente desearía que las cosas no se dieran así.

—Solo hago lo mejor para los Manoban.

Desde su posición vio a su hermano, él observó su rostro y la miró con pena. Bajo las escaleras y tomó su mano.

—Vamos. —susurró con suavidad.

Sus padres escucharon pasos, sin embargo, parecía que no se iban a mover de la sala de estar.

—¿Eres tú, Bambam? —preguntó la mujer con cautela.

—Sí, mamá. Saldré un rato, tal vez vea a Lisa y nos regresemos juntos.

—Ve con cuidado. 

...

Ella y su hermano habían ido a parar a un parque, frente a este había una tienda de conveniencia, Bambam le compró un helado a la menor.

—Es gracioso como nos dimos cuenta de estas cosas de la misma forma. —dijo él mientras se mecía en el columpio.

Lisa lo miró esperando a que dijera más, había dejado de llorar, pero su nariz estaba roja y tenía los ojos inyectados en sangre.

—También escuché una conversación a escondidas. Fue todo igual, Lice, a diferencia que esa vez nadie me consoló porque ni siquiera lloré. Estaba muy enojado, aún lo estoy y una parte de mi tiene un resentimiento hacia ellos, pero a veces las cosas suceden por algo. —miró sus zapatos.

—¿Qué quieres decir?

—Yo no trabajé tan duro como tú, en ese entonces seguía en secundaria, no tenía ahorros ni nada por el estilo. Al momento de escuchar esa conversación me rendí y dejé que el tiempo pasara para no ser tan obvio al respecto y dejar que ellos hicieran con mi futuro lo que quisieran. —él la miró sonriendo —Somos tan parecidos, pero tan diferentes a la vez, tu primer obstáculo fue creer que ellos no tenían dinero para pagar tu matricula, sin embargo, empezaste a trabajar duro, yo me dejé manipular. Llevas más de un año sin estudiar, pero no te rindes y entonces, te pido que no lo hagas.

—Oppa... —los ojos de Lisa se volvieron a llenar de lágrimas.

Él puso su mano sobre su cabeza —Te admiro mucho, Lisa. Pronto me graduaré, ya tengo un trabajo asegurado en un bufete de abogados muy famoso acá en Seúl. Tú me has ayudado más de lo que te imaginas y quiero ayudarte a ti. Solo esperemos un poco más, ¿sí?

Lisa asintió mientras limpiaba sus ojos con brusquedad —Seguiré trabajando duro, oppa. No te voy a defraudar.

Ambos se levantaron —Bien. —su rostro se contrajo en una de las características sonrisas Manoban.

—¿Vamos a comer? Hoy invito yo. 

...

5 capítulos para el final y prepárense para el drama 👀

Sugar Mommy 𔘓 JenLisaWhere stories live. Discover now