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Se marcho molesto, sin ganas de seguir insistiendo, sumamente arrepentido por haberle propuesto ser amigos, debió haber previsto que no lo aceptaría desde el momento en que lo empezó a ignorar, mas, siempre obstinado, quiso intentarlo y las cosas no salieron como espero.

Esa molestia y frustración paulatinamente se transformaron en tristeza y dolor, le duele su indiferencia. En verdad quería siquiera conservar su amistad, seguir interactuando y pasar el tiempo con él, pero no puede obligarlo y no le gusta rogar.

Se siente tan rechazado y con el corazón roto e incapaz de seguirlas conteniendo, unas cuantas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

Probablemente por su estado vulnerable, termino desmoronándose en los brazos de Steve Rogers cuando este se acercó una vez más suplicando por una oportunidad y, por supuesto, ese fue el visto bueno para retomar su relación.

Encontrando consuelo, cedió, tomando la desición de volver a intentarlo, empezar de nuevo y dejar atrás las rencillas del pasado, en un desesperado intento de recuperar lo perdido, que las cosas sean como antes, sentirse mejor y eliminar esa horrible sensación de rechazo.



—Extrañaba esto—confesó Steve suavemente sentado detrás de él, abrazándolo y apoyando la barbilla sobre su hombro.

Tony, con la vista fija al frente, reparo que él, en realidad no lo extraño, ni a él y a estos momentos románticos juntos. Había estado tan inmerso en la relación falsa con Stephen que no le dio cabida a extrañarlo o mínimo pensar en él, estaba tan ocupado besando a Stephen, realmente la pasaba bien con él, disfrutaba su compañía y le gustaba su voz y... Oh no, otra vez ese chico se cuela entre sus pensamientos. Se esta cansando de eso, de rememorar los momentos que pasaron juntos, no debería pensar en él, menos cuando está con Steve, su primer y auténtico novio.

Estar acurrucado en los brazos de Steve y pensar en otro chico lo hace sentir mal y culpable. El alfa ha puesto mucho de su parte y es consciente que debe poner de la suya si quiere que las cosas sean como antes.



Stephen no pudo evitar observar a la flamante pareja que se hizo presente en la cafetería tomados de la mano y con resplandecientes sonrisas. Alejo su mirada rápidamente, resistiendo el impulso de volver a mirar al chico que le gusta acompañado del tipo que detesta. Le duele en el alma aquella imagen y analiza que tan buena idea fue volver a la escuela, no soporta verlos juntos y se cuestiona si debería hacer algo para que lo expulsen de nuevo. La idea lo tienta, pero lograr sus objetivos académicos lo detiene.

Wong se abstuvo de decir algo, sabe que su amigo realmente se enamoro y ahora sufre mucho por ello. Si tan solo lo hubiera escuchado no estaría sufriendo las consecuencias de sus impulsivas decisiones. 

Agradeció internamente al cielo cuando Christine Palmer apareció, deslizándose en el asiento a lado de su amigo, atrayendo su atención y ayudándolo a enfocarse en algo más, aunque sea momentáneamente.

—Hola lindo.

—Hola.

—¿Compartimos almuerzo?

—Sí, claro.

—Los dejo—anunció el chico asiático levantándose.

—Ay, Wong, nadie te esta corriendo, no tienes porque irte—aclaró ella divertida.

—Debo ir a la biblioteca, además no quiero hacer un mal tercio—dijo palmeando el hombro de su amigo antes de irse.

—¿Adivina lo que traje?—espetó Christine sacando un pequeño recipiente redondo—. ¡Crème brûlée! Sé lo mucho que te gusta—canturreó tomando una porción para acercarlo a los labios del chico.


A Tony se le revolvió el estómago al verlo junto a ella, en especial cuando la susodicha empezó a servirle parte de su almuerzo. Una ira incontrolable se apodero de él y, no quiere reconocerlo, pero esta hirviendo de celos. Su quijada se puso tensa y volvió la vista a su propio almuerzo, solo para cinco segundos después volver a mirar a ese par. Steve se mantiene ajeno a esa situación, está muy entretenido y ocupado tratando de destapar su yogur.

Su atención estaba tan enfocada en esos dos que no se dio cuenta el momento en que movió su codo y termino derramando toda su bebida en el atlético cuerpo de Steve.

—¡Tony!—clamó el rubio sorprendido.

—¿Qué?—repuso de mala gana.

—Acabas de tirarme toda tu bebida.

—Oh, lo siento—se disculpo poco arrepentido.

—¿Qué pasa contigo?—inquirió desconcertado, frunciendo el ceño.

—Nada, ¿podemos irnos?—preguntó estrechando su mano, sin poder soportar más seguir ahí.

Steve, confundido y sin objetar, acató la petición de su omega alcanzando a ver a Strange con su ex novia, lo que le trajo una oleada de alivio pero a la vez despertó ciertas dudas.

¡Claro! Era obvio que tarde o temprano regresaría con ella y a partir de ahora compartirán el almuerzo juntos, irán al baile juntos, acudirán a la escuela de medicina juntos... Irán al baño juntos, se siente mareado tan solo de pensarlo.

—Tony, ¿estás bien?—formuló el alfa interrumpiendo sus pensamientos.

—¡Sí, estoy bien!—estalló furioso—. ¿Por qué haces preguntas tan estúpidas?

—Yo, eh...—tragó duro inseguro como proceder o qué decir, no quería desatar aun más su evidente enfado.

El omega dándose cuenta de su irracionalidad le bajo a su tono.

—Lo siento, Steve—se disculpo sintiéndose un poco tonto.

—Prometí escucharte más y eso voy a hacer, ¿qué tienes?—cuestionó paciente y dulce colocando ambas manos sobre los hombros de su novio.

—Nada, no me hagas caso—trato de restarte importancia y se tallo el rostro con ambas manos—, solo... solo son las estúpidas hormonas. Cosas de omegas—aseguró tomando su mano—. ¿Vamos por una dona?—planteó consciente que si no controla sus emociones lo echará a perder, así que decidió hacer un esfuerzo por mantener a raya sus emociones.

—Claro amor, eso siempre te pone de buen humor.


En el transcurso del día su humor no mejoro, menos al llegar el fin de las clases y acercarse a su casillero para extraer unas cosas. Descubrir el libro de medicina que le obsequió a Stephen en el interior de su casillero no le hizo gracia, al contrario, solo aumento más su enfado, sintiéndose muy ofendido.

No esta seguro de lo que esta haciendo, ni le importa, simplemente se dejo guiar por sus impulsos y arrastro sus pasos en búsqueda de Stephen, determinado a confrontarlo. Lo encontró en el pasillo cerca de su casillero y para hacer más grande su enojo, acompañado de una chica que no le quita la mirada de encima y no deja de enroscarse el cabello de manera coqueta.

El castaño se interpuso entre ellos. La joven, sorprendida de ver al omega, un poco confundida termino alejándose.

—¡Vaya! Que popular te has vuelto entre las chicas—pronunció con una sonrisa falsa.

—¿Qué quieres, Stark?—preguntó seco.

Escuchar que lo llamo por su apellido acrecentó más su furia.

—¿Quieres dejar de ser tan infantil?—reprocho impaciente y exaltado.

—¿Quién habla de ser infantil?—se burlo.

—¡Solo tómalo!—saco el libro y lo empujo hacia él, colocándolo sobre su pecho—. A mi no me sirve de nada.

—Dáselo a tu perfecto novio—dijo indignado devolviéndoselo con el mismo enfado.

—Steve con trabajos sabe leer.

—No me interesa, no quiero nada de ti—expresó cerrando su casillero y alejándose.

Y Tony se resigno, inseguro si se siente más irritado o triste.

Una relación falsa (IronStrange AU)Where stories live. Discover now