28

569 129 38
                                    

Stephen y Wong salieron de su última clase, ahora caminan juntos por el pasillo.

—Por fin, viernes.

—No entendí muy bien la clase de hoy, tendré problemas con la tarea.

—¡Por favor, Wong! ¡Es pan comido!

—Si quieres, yo te puedo ayudar—intervino Christine amablemente detrás de ellos.

Ambos chicos se voltearon hacia ella.

—Gracias, es muy amable de tu parte, pero prefiero que Stephen me ayude.

—¿Estás seguro?—replico incrédula—. Stephen sin duda es brillante, pero es terrible explicando, es tan impaciente.

—¡Hey!—exclamó el susodicho un poco ofendido.

—Admítelo, no eres buen maestro.

—Soy buen maestro, el problema es que me tocan pupilos muy estúpidos.

—Clarooo—espetó burlona.

—Wong, dile algo.

—Aunque es impaciente, terco, pedante y egocéntrico, prefiero su ayuda.

—Lo bueno que somos amigos—se burlo Stephen.

—Esta bien, como quieras. Nos vemos.

Stephen y Wong también se despidieron, no sin antes acordar verse mañana por la tarde en la casa de este último.



Cuando Stephen llegó a su casa, no perdió el tiempo y puso manos a la obra. No permitió dejar que se instalara en la pequeña sala y, sencillamente, lo agarro por sorpresa y lo empujo en el interior del armario.

—Pero, ¿qué estás...?

Su frase quedo inconclusa al ver que su amigo, de golpe, cerró la puerta con llave. Los engranes en su cabeza tardaron un poco en hacer click y entender lo que está sucediendo. Debió haberlo previsto, Wong estaba actuando algo raro.

—¡Wong! ¡Abre la maldita puerta!—vociferó un tanto ansioso al sentirse acorralado y algo tonto al sentir que cayó en una especie de trampa.

Y en respuesta, escucho un fuerte ruido de una puerta cerrándose, su amigo lo había dejado a su suerte para que arreglara sus asuntos. Resignado, soltó un sonoro suspiro, apoyando su frente en la superficie de madera.

—Stark, ¿a qué diablos estás jugando?—cuestionó con dureza.

—Stephen—comenzó prendiendo la luz para iluminar el pequeño espacio—, no te asustes, no vamos a jugar a siete minutos en el cielo—bromeó en un intento de aligerar el ambiente tenso, el aludido simplemente respondió con un rodar de ojos—. ¿Podemos hablar?—formuló cauteloso después de una pausa y un incómodo silencio.

—Ya lo estamos haciendo.

—En serio, necesito hablar contigo—instó.

—¡Como si tuviera otra opción!—exclamó ácido.

—Perdón por... por esto... por encerrarte así conmigo, es-

—¿No te da miedo encerrarte así... con un alfa?—planteó lleno de curiosidad, interrumpiéndolo y mirándolo de reojo.

—No, confió en ti—declaró observándolo fijamente, ansiando un toque de su parte o tocarlo, lo tiene tan cerca, pero mantiene las manos quietas.

—¿No pudiste elegir un lugar más estrecho?—murmuró sarcástico removiéndose incómodo tratando de hacer un espacio entre ellos al sentir muy de cerca el cálido aliento del chico

Una relación falsa (IronStrange AU)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt