Capitulo 13

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—Quiero el informe detallado. —Me ordena el señor Park. —Ya mismo.

Le hago entrega del documento que redacté hasta las dos de la mañana el día anterior. El enfoque de mi trabajo se basa en facilitarle la vida a ese hombre y parece que me desempeño con excelencia en eso, aunque solo recibo una sonrisa a medias por mi arduo trabajo.

Estamos a un par de minutos para dar inicio a la junta que definirá como será distribuido el sistema de acciones de la nueva red de restaurantes con énfasis en comida mediterránea que Maeda está a punto de ejecutar.

Restaurantes con platillos de estrellas michelin en Asia y Estados Unidos, como tener Europa a unos quince minutos de distancia, y si, hay muchísimos restaurantes con ese nicho de comida en el mundo, pero todo lo que esté auspiciado o asociado a Maeda corp domina el mercado, así que no es de esperarse que un trillón de críticos e influencers estén esperando que todo se lleve acabo lo antes posible.

Estoy de pie junto a él mientras lo miro leer detalladamente y en silencio el informe y la lista de nuevos accionistas de la empresa. Hoy el representante de la junta es el señor Park, puesto que su padre ­—El presidente— no se encuentra bien de salud estos meses y debido a eso se encuentra hospitalizado en Corea bajo custodia del equipo de seguridad.

—¿Tienes algo que decirme? —Pregunta sin mirarme y con un tono de voz grave. —Siento que sí. —Me quedo callada, en verdad no tengo algo para decirle. —¿Y bien? —Insiste.

—No tengo algo para decir. —Soy sincera. —No sé de qué me habla.

Él sonríe, pero siento todo el sarcasmo del mundo en esa sonrisa. —Analizando el hecho de que estamos a solas y me tratas de usted, supongo que si tienes algo para decirme.

—¿Fumó algo antes de venir, señor Park? —Pregunto crédula porque no entiendo que le pasa.

Él se pone de pie suspirando con fuerza, gira hacia mí con desdén. —¿Habré fumado algo yo? —Ríe irónicamente. —Tu fuiste quien me dejó plantado ayer. —Suelta como si nada.

¿Perdón?

Ahora soy quien ríe. —¿Cómo voy a dejarlo plantado? si estoy literalmente todo el maldito día con usted. —Nuestras miradas se pelean, no voy a discutir con él. ¿Se volvió loco?

—Bajé a comprar el desayuno y cuando volví para que comiéramos juntos me consigo con que te fuiste.

Abro los ojos de par en par. —¿Y de cuando acá usted desea comer conmigo? —La pregunta me resulta estúpida, pero es que no entiendo nada.

—Todos los malditos días, para ser honestos. —Suelta pasándose una mano por el cabello.

No sé qué decir ni cómo reaccionar, es que, no puedo creer lo que dijo. Es que si tantas ganas tiene de aprovecharse de una estúpida por qué mierda no se termina de casar con la zorra que tiene besándole los pies? ¿Qué quiere de mí? Esto no es una de esas historias ridículas donde un millonario se podría enamorar de una chica pobre, hay que ser imbécil para creer en eso.

—Usted tiene suficiente dinero para conseguirse a cualquier estúpida que permita que usted haga lo que quiera con ella ¿Por qué quiere volver a joderme la existencia?

—Porque yo quiero hacer lo que me de la gana contigo. —Me dice sin dejar de mirarme a los ojos. —Si lo entiendes bien, y si no... —Se detiene y mira hacia el ventanal. —La verdad no estoy dispuesto a recibir un no.

—Mírame a los ojos. —Pido e inmediatamente tengo otra vez sus ojos sobre mí. —Pues es lo que tendrás. —Contesto tajante. —No estoy en edad para andar con este tipo de juegos de adolescentes.

Mr. Park © #PGP2024Where stories live. Discover now