Capitulo 23

347 21 5
                                    

¿Él acaba de llamarla por mi nombre?

-¿Qué dijiste? -Interroga la chica y Oliver parece no saber dónde está parado.

-Yo...-Balbucea.

-Tú eres un maldito imbécil. -Bufa ella indignada. -¿Tanta basura eres como para hacerme esto? -Ella lo empuja tomando su bolso hecho una fiera y dando manotazos mientras se acomoda el vestido antes de irse.

-Espera... -Pide Oliver empapado y avergonzado.

No puede empeorarlo más ¿O sí?

-¿A qué? -Grita desde la mitad del estacionamiento. -¿Quieres que espere que vuelvas a cogerme pensando en otra? -Le escupe y yo me llevo la mano a la boca. -Idiota. -Concluye saliendo del estacionamiento casi que botando espuma por la boca de la rabia.

No puedo objetar nada al respecto, ella tiene toda la razón. Si me revolcara con un hombre, no importa que tan rico fuese, por lo menos querría algo de estima y no que me restriegue en la cara que soy su repuesto.

Como una gran "poeta" venezolana dijo una vez: "Hombre no es gente"

Y aunque eso sea cierto, nosotras seguimos dándonos golpes con sus muy duros y definidos... pectorales.

Por supuesto que yo sigo en shock, y la verdad, quisiera con todo mi ser poder devolver el tiempo para cerciorarme de que lo que escuché fue mi nombre. No dijo "Analía" tampoco "Emilia", no estoy sorda, tampoco estoy mal en fonética, claramente la llamó "Amelia" y esa soy yo.

Inconscientemente doy un paso hacia atrás y de la forma más estúpida me dejo en evidencia chocando con el auto detrás de mí haciendo que la alarma de seguridad se dispare y haciéndole saber a medio Seúl en dónde estoy.

Oliver gira como si estuviera en la película del exorcista y clava los ojos en mí.

Perfecto, justo lo que me faltaba.

-¿Amelia? -Pregunta desde lo lejos para certificar que se trate de mí.

Sí, en este instante no sé si quiero fingir ser otra persona y huir aprovechando la oscuridad, pero, seguir huyendo realmente solo me regresa a ellos.

-Sí. -Contesto dando un par de pasos fuera de mi escondite. -Fue el nombre que susurraste hace un momento. -Hago una pausa y él levanta las cejas. -Te escuché con claridad.

-¿Estabas espiándome? -Pregunta algo ofendido.

-Sí. -Respondo de mala gana. -¿No te lo dije? Estoy obsesionada contigo y te acecho en las noches porque me excita ver con cuantas mujeres te acuestas pensando en mí.

Oliver palidece y yo tengo el semblante serio, aunque hablé con evidente sarcasmo, la parte en la que me excité no fue del todo una mentira.

Pero eso él no tiene porque saberlo.

-¿Qué haces aquí y empapada? -Pregunta cambiando el tema. -Hace no mucho te fuiste del hotel hecha un manojo de nervios e histeria.

-Regresé por más, supongo. -Me encojo de hombros.

Él ríe crédulo y sin un rastro de humor. -¿Tan bajo te gusta estar?

-No hay manera terrenal de que yo pueda librarme de ustedes al parecer. -Digo cruzándome de brazos. -No importa cuanto intente, huir no me está sirviendo de nada.

-No somos niños, Amelia. -Aclara. -No estamos en posición de estar peleando por una mujer, y sin embargo, tú aunque entiendas el nivel de gravedad de todo lo que está sucediendo te rehúsas a tomar una decisión.

Mr. Park © #PGP2024Where stories live. Discover now