Capitulo 25

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Me está hirviendo la sangre, claro que sí.

—Me tienes que estar jodiendo. —Grita Yoona pisando con fuerza. Yo me hago la desentendida y sonrío en dirección a Oliver, no voy a permitir que sepa que me afecta esto.

Y por supuesto que me afecta ¿A que mujer no le carcomería ver que otra usa lo mismo y quizás le quede mejor? Es imposible no tener inseguridad al respecto.

—Hola. —Dice Oliver haciendo una leve inclinación hacia ella, quien lo ignora por completo y tiene los ojos fijos en mí.

¿Qué quiere?

—¿De dónde te robaste ese vestido? —Pregunta en voz alta y yo abro los ojos de par en par —¡Responde! —Ordena dando un paso hacia mí evidentemente histérica. —¿O fuiste a mendingarle un vestido a Oliver? ¿Tanto quieres un hombre rico? Maldita casa fortunas.

¿Perdón?

—Mira... —Me dispongo a responderle como mis raíces latinas mejor saben, pero Oliver se interpone entre nosotros evitando un caos mayor.

—¿No te parece algo ordinario hacer un escándalo por un simple vestido? —Le susurra y es entonces que me percato de todas las miradas que hay en nosotros. —No pierdas la compostura, es lo único que te queda. —Suelta antes de tomar mi mano y llevarme hacia el otro lado del lugar.

Estoy roja y no por el vestido, conozco lo suficientemente mi cuerpo como para saber que se nota a leguas lo furiosa que estoy. Siento el sudor correr por mi espalda y odio sentirme como un pegoste.

—¿Estás bien? —Pregunta Oliver suspirando con fuerza. —¿Quieres irte?

Niego con la cabeza. Me paso la mano por el cabello peinándolo un poco y luego con mis palmas arreglo un poco el vestido, no puedo permitirme caer, no otra vez.

—Oliver, querido. —Escucho una dulce voz en coreano cerca de nosotros. Una anciana vestida con un chal con flores de durazno bordadas camina con lentitud y los brazos en alto hacia Oliver, quien la recibe con un abrazo y risas.

Sonrío al ver el emotivo momento, me hace recordar a mi abuela por ende supuse que se trataba de la suya. Ellos hablan y ríen por un par de minutos mientras yo espero pacientemente detrás de Oliver hasta que él me toma la mano y me acerca unos pasos hacia ella.

—Ella es mi novia. —Le dice y lo entiendo perfectamente. Yo doy un respingo al escuchar el eco de la palabra "Novia" en mi mente, por un instante el ceño fruncido de la anciana me desconcierta, sin embargo, una sonrisa me recibe luego con un apretón de manos y una leve inclinación de cabeza.

Tengo muchísimo miedo de que me pregunte algo y yo no pueda responder, entiendo el coreano, pero no me atrevo a hablarlo con total naturalidad a menos que se trate de un desconocido y sí, aunque sea el caso de su abuela, no quiero que la primera impresión que doy sea de analfabeta.

Sin embargo, la mujer sonríe una ultima vez y se retira con otro grupo de señoras a quienes Oliver saluda desde lejos con la mano.

—Me odia. —Le susurro. Él ríe y niega, me mira a los ojos un instante y nuevamente recuerdo lo bonito que se siente que te quieran tan bonito. Él me deja un momento sola mientras busca un par de tragos y yo me limito a caminar por una pequeña sala de estar cerca que se encuentra vacía mientras lo espero.

Hay cuadros familiares enormes que seguramente están valorados en un asuma lo suficientemente favorable para recuperar la economía de mi país. Respiro profundamente mientras me paseo mirando los cuadros, los muebles y los floreros, es todo tan precioso y elegante que mi madre estaría tomándole fotos a todo sin parar para ver si consigue algunas replicas en el mercado del pueblo, replicas que claramente jamás conseguiría.

Mr. Park © #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora