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Me lastimas, cada vez que finges que no sabes lo que siento por ti, me lastimas.

—Spencer Tae-moo.

  
Spencer:

   Maldición.
 
   Giro mi rostro hacia la casa queriendo controlar lo molesto e indignado que estoy, a parte de celoso.

   —Spencer, te presento a Jin. Jin te presento al hermano de mi jefa, Spencer. —expresa Emma presentándonos.

   "Hermano de mi jefa" eso es lo que soy en su vida, nada más.

   La depresión ha vuelto.

    Trato de no hacer contacto visual con ella después de lo que acaba de decir. El chico asiente y me sonríe.

    —¿Pasa algo? —me pregunta Emma acercándose a mí.

   Automáticamente me alejo de ella dando dos pasos hacia atrás.

   Ella se queda estática, me imagino, no sabiendo que hacer.

    —Estoy bien, es solo que estoy ocupado. —respondo rápidamente sin tomar una bocanada de aire—. Buenas noches y que la pasen bien ambos. —expreso mirándola solo por un momento con el fin de asentir, abrir la puerta y entrar a mi jardín.

   No miro hacia atrás. No puedo resistir ni aguantar verla con otro hombre, aunque no sé qué relación puedan tener ambos.

   Abro la puerta de mi casa y por fin entro en ella.

   No pasan ni tres segundos en los cuales me quede detenido en frente de la puerta, más bien me deslizo lentamente por ella hasta caer en el suelo.

    Recojo mis pies colocando mis rodillas cerca de mi pecho, utilizandolas para colocar mi cabeza y no moverme hasta que se me pase el intenso dolor en el corazón.

   Nunca tuve oportunidad, solo me ilusione, lo hice de la peor manera.

   Yo solo quería amarla, más de lo que lo hago ahora mismo, pero me equivoqué, ella no desea que la ame, no desea nada de mi.

   Recuesto mi cabeza correctamente en mis brazos que estan recargados de mis rodillas y allí descanso. No tengo ganas para levantarme e irme a mi cama.

   Es demasiado doloroso querer y no recibir ese sentimiento de vuelta...

 

  En la mañana, ya a las ocho en punto, estoy en el frente de la empresa de mi hermana

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  En la mañana, ya a las ocho en punto, estoy en el frente de la empresa de mi hermana.

   Me levanté a las seis, corrí un poco, desayuné y recogí mis cosas para venir a trabajar.

   Entro a la editorial y desde que lo hago la recepcionista me recibe con una cálida sonrisa.

   La saludo con mi mano y sigo mi camino, no tengo tiempo para hablar con ella. Mientras recorro el pasillo viendo las fotos de los libros que esta editorial ha publicado, tropiezo con alguien.

MI DULCE REGALOWhere stories live. Discover now