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Si vieras lo hermosa que eres, entenderías el porque me he enamorado de ti.

—Spencer Tae-moo.

   EMMA:

    —Soy tu fan #1 y para sorpresa tuya... —sube los escalones y se coloca en el ultimo para estar en el mismo que yo—. Soy el hermano de la dueña. —me guiña el ojo.

   Que descarado.

   Maldición.

   Pero es verdad lo que dicen, "el diablo es sucio y no se baña".

   Si me aceptan en el trabajo, ¿cómo podré trabajar con esta preciosura cerca de mí?

   Carraspeo fuertemente para salir de mis pensamientos sucios y carnales.

   Él se me ha quedado viendo. Debe pensar que estoy loca, pero de manicomio.

   Le sonrío falsamente para ocultar la vergüenza.

   —Bueno, si me disculpas, tengo cosas que hacer... —le respondo dándole la espalda para así terminar entrando a la editorial.

    Wow.

   Es demasiado hermoso este lugar por dentro.

   Tiene una decoración al estilo Kitsch.

   La pared del fondo es verde luminoso y la pared detrás de mi también, pero a mi izquierda y derecha es blanco, junto con la recepción que es de los dos colores.

    No me gustan las decoraciones coloridas, soy más de la minimalista, pero esta, está preciosa y muy bien elaborada.

  Me acerco lentamente a la recepción, esperando que dos jóvenes que están delante de mi, terminen de suministrarle la información que le está pidiendo la recepcionista.

   En cuanto terminan las chicas, se alejan de donde estoy caminando hacia el final del pasillo y doblando a la izquierda.

   Me concentro en sonreírle a la recepcionista quien me recibe con una sonrisa por igual.

    —Buenos días, ¿En que puedo ayudarle? —pregunta ella con una voz muy dulce, a diferencia de la mía que hablo como hombre.

    Le sonrío antes de contestarle.

    —Ella viene conmigo. Va a presentarle su libro a mi hermana. —dice un hombre detrás mío, entonces cuando giro mi rostro me encuentro con el militar de hace unos segundos.

    Él sabe que lo estoy mirando.

    ¿Acaso se enamoró de mi o que?

   —Pasa buen día. —le dice a la recepcionista, para luego mirarme y señalarme con su cabeza que lo siga.

    Instintivamente lo sigo, sé que no debería hacerlo, pero lo hago.

    Camino detrás de él viendo cada uno de los premios que tiene la editorial por su buena labor con nuevos escritores.

    Esta es la mejor editorial en Corea, por la razón de que hay muchas que te estafan y al final pierdes tus libros y esperanzas de ser conocido en el mundo literario.

    Llegamos a la puerta de la oficina y ambos nos detenemos en el frente.

   —¿Estás lista, castaña? —me pregunta él militar con una sonrisa muy amplia.

   ¿Castaña? Este hombre toma confianza muy rápido, pero debo admitir que el apodo me gusta.

   Asiento lentamente para entrar.

MI DULCE REGALOWhere stories live. Discover now