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Me gustas. Me gustas como me gusta el chocolate, como me gusta el helado y como me gusta ver las estrellas.

—Spencer Tae-moo.

  
   EMMA:

   —Ahora me siento mejor. —miro a Elizabeth para ver que está tramando—. Me haré de cuenta que usted es mi mami, así que no se suelte. —y con eso aprieta mi mano, supongo que la de Spencer también y empieza a caminar junto con nosotros.

   ¿Qué está sucediendo?

   Es lo que nos preguntamos Spencer yo.

   Seguimos caminando junto con ella, mientras Spencer me mira queriendo que le diga que está pasando.

   Esta pequeña es muy inteligente, podría decir que demasiado.

   Mientras ella agarra nuestras manos está saltando de un pie al otro. Se le ve muy feliz.

   —La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque le falta, porque le falta, la patita principal. —Canta y cuando llega al final de la canción se ríe como si se burlara de que la cucaracha le falta la patita principal.

   Spencer se ríe para así mismo.

  Él debería de siempre tener una sonrisa en su rostro. Es precioso.

   Carraspeo queriendo salir de mis pensamientos sucios.

   Pero es que este hombre está buenísimo, a parte precioso, carismático y muy amigable sobre todo.

   Podría creer que es perfecto, si en caso no lo es.

   —Es aquí.  —dice haciendo que nos detengamos en frente de un restaurante llamado "기쁨"  —la alegría—.

   Elizabeth suelta nuestras manos y se adentra al restaurante sin esperarnos. Supongo que ha visitado este lugar muchas veces.

   Spencer abre la puerta, extendiendo su mano para que entre primero que él.

  Despacio me adentro al lugar y es muy pacífico.

   La decoración es neutral, blanco, solamente blanco. Con mesas redondas, decoradas con manteles de color pastel. Aunque es muy simple, el ambiente se siente cómodo y fresco. Me agrada.

   Lentamente me dirijo hacia donde está la hermosa Elizabeth, quien ya está pidiendo que quiere comer.

   El camarero me hace el saludo principal de Corea que es bajar la cabeza como asintiendo.

    Repito la misma acción y me siento de frente a Elizabeth.

   Spencer llega a donde nosotras y se sienta al lado de su hija, dándole un beso en la frente.

   —Yo quiero un ramen por favor. —pide Spencer al camarero.

   Spencer me hace señas para que pida lo que yo desee.

   —Deseo lo mismo y un poco de agua. —comento.

   El camarero se va de inmediato con nuestras ordenes.

   —¿Qué elegiste, preciosa? —le pregunta Spencer a su hija.

   Ella levanta su cabeza y empieza a sonreír con los ojos cerrados.

   —Torta de huevo. —dice ella con mucha euforia.

   Al parecer le gusta mucho la torta de huevo.

   —Sabes bien que no puedes comer huevos, cielo. —dice él acariciando su cabello.

   Ella hace pucheros a fin de convencerlo.

MI DULCE REGALODonde viven las historias. Descúbrelo ahora