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¿Qué te extraño? No, no lo hago. Extrañar es una palabra muy básica para explicar lo que siento al no tenerte a mi lado. Te deseo, te añoro, te sueño y te pienso a cada momento y lo que es peor, no he dejado de amarte ni por un solo instante.

—Spencer Tae-moo.

EMMA:

1 año después...

    Tristeza.

     He perdido realmente la cuenta de los meses, las semanas, los días y las horas, de la última vez que vi a Spencer.

      ¿Qué lo extraño? Si, lo hago.

      Todo este tiempo no he hecho nada más que pensar en él. En el amor que él me brindó y que no supe corresponder de la manera correcta, sin lastimarlo.

    Creo que un año después de estar lejos de él, llego a darme cuenta de lo estúpida y abusiva que fui con él. No debí de abandonarlo, no debía dejarlo.

     Tome terapia.

     En cuanto me fui de Corea del Sur y llegué a República Dominicana, conseguí trabajo rápidamente en un Call Center donde se reciben llamadas y con eso empecé a pagar mi terapia. La necesitaba para poder conocer lo dañada que estaba por mis familiares.

     Tome terapia por 5 meses, el psiquiatra me explicó que avancé rápidamente en la terapia, gracias a que quería sanar mi interior, lo que ayudó significativamente.

     Muchas cosas han sucedido.

     Vivo muy bien, en una casa cómoda, con vecinos agradables y un vecindario acogedor.

    Hice amigos, más bien amigas ya muy adultas, quienes me han dado consejo y me han escuchado contarles sobre Spencer. El hombre que amo.

     Gano un sueldo fijo, con el cual puedo pagar todas mis cuentas y darme los gustos que deseo, pero sobretodas las cosas, algo sucedió en mi.

    Por mucho tiempo pensé que lo que me hizo mi hermano si tuvo efecto, más todas las pruebas médicas que me hice, estaban de acuerdo con el diagnositico de ser infertil.

     Pero no lo soy. Nunca fui infertil.

      Solo bastó 2 semanas de alejarme de Spencer para que pudiera darme cuenta de que estaba embarazada de él.

      Cuando llegué a República Dominicana, a los 5 días tenía el ánimo por los suelos y las ganas de vomitar eran diarias, aún sin tener nada en el estómago. Luego en la segunda semana empecé a comer desesperada. Siempre tenía hambre, por lo que una de mis vecinas, la más cercana, predijo que estaba embarazada y ella tenía razón. Lo estaba.

   Lo peor de todo esto es que Spencer no estuvo conmigo en todo este proceso de ser mamá primeriza.

    Intenté contactarlo, pero no lo logré. Lo llamé a él, a Elizabeth y a su hermana, pero nunca hubo una respuesta. No he tenido una noticia de ellos en todo este tiempo y eso me está matando, deseo tener a mi lado a Spencer.

    Juro que he cambiado y que no pienso lastimarlo, solo necesito una oportunidad.

     Y aquí estoy, detenida en frente de la casa de Spencer en Corea del Sur.

      Llevo en brazos a mi pequeño bebé de 7 meses. Louis Spencer es su bello nombre. No tiene nada de mi, es idéntico en todo a su padre, lo que me ha hecho extrañarlo más.

     Abro la puerta del jardín y camino por la línea de rocas hacia la puerta principal.

     Respiro profundo para adquirir la fuerza de tocar la puerta.

MI DULCE REGALODonde viven las historias. Descúbrelo ahora