29

4.4K 348 68
                                    

Me lastima extrañarte, pero es un placer amarte.

—Spencer Tae-moo.

Spencer:

   —No he dicho que quiera volver contigo, Emma. Solo quise decirte las palabras que mis labios nunca jamás volverán a mencionar...

   Sus ojos se agrandan por completo y veo como las venas de su cuello se alteran.

   Sí, esta es la última vez que escuchará de mi boca que le digo te amo.

   —¿A qué te refieres, Spencer? —pregunta con el ceño fruncido por preocupación, creo.

   Paso mi lengua por mis labios y luego miro mis pies.

   —Qué no volveré a decirte que te amo... esas palabras no saldrán de mi boca aunque te siga amando con locura hasta que muera.

   Una lágrima se desliza por su mejilla y cae en su blusa.

   Louis, mi pequeño hijo, se mueve un poco en mis brazos, acomodando su cabeza en mi pecho.

    Es tan pequeño, tan indefenso que siento las ganas de protegerlo de todo.

    Miro a Emma de reojo queriendo no incomodarla con mi mirada.

   —Vamos, te llevaré a la habitación. —menciono queriendo romper la incomoda tensión que hay en el aire.

   Pero la tensión no desaparece.

   Ella me sigue mirando fijamente mientras el trazo que hizo la lágrima que se deslizo por su mejilla, sigue ahí.

   Sus ojos están cristalinos y medio rojizos.

   Se ve hermosa cuando esta llorando. Es como si su rostro se transformara en una versión más angelical de lo que ya es. Pero de igual forma, ver su rostro lloroso es como una apuñalada al corazón y más porque yo soy quien la está haciendo llorar.

   De pronto ella deja de mirarme y se aleja de mí, caminando hacia las escaleras. No queriendo hacerla esperar voy detrás de ella, subiendo despacio, con mi hijo dormido en mis brazos.

    Llegamos hacia el pasillo de las habitaciones, así que escojo llevar a Emma a mi habitación. Allí estará más cómoda, tendrá una calefacción correcta para el bebé, corroborando que el ambiente y el aire estén frescos para el bebé.

   Abro mi habitación y empiezo a caminar hacia dentro.

   —Sigue igual, no has movido nada. —murmura Emma tan bajo que apenas puedo escucharla.

    Me giro para ver donde está y la encuentro frente a frente de mi.

   Fijo mis ojos en los de ella y me mata su mirada. Una mirada con tristeza y melancolía, que intenta penetrar la gran barrera que coloqué en mi corazón por si alguna vez ella regresaba.

    —Gracias por... dejarme estar aquí. —menciona ella acercándose a mí, tomándome de sorpresa con un abrazo.

   Como el bebé está del lado izquierdo de mi pecho, ella coloca su cabeza en el derecho.

   Mi corazón.

   Maldición.

   Mi corazón está palpitando demasiado rápido.

   Me tiene abrazado por completo y con su cabeza en mi pecho.

  No puedo moverme.
 
  No puedo abrazarla.

  No puedo permitir que ella me lastime de nuevo.

   No creo que pueda aguantar que ella me lastime o que yo crea que ella quiere volver conmigo cuando no es así. Ya no.

MI DULCE REGALOWhere stories live. Discover now