Capítulo 13

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Sus ojos se abrían, borroso por las lágrimas. Estaba algo desorientada por la anestesia, pero logró notar una figura frente a ella, no sabía quién era, hasta que la figura se aclaró, Lisa estaba frente a ella, mirándola preocupada. Observó al rededor y se dió cuenta que estaba en una habitación de paredes blancas. Estaba sobre un camilla y había una máquina a su lado, en donde escuchaba el pitido según sus latidos.

_Jennie...- Lisa posó su mano sobre la de ella y lo apretó con cariño. Jennie intentó sentarse, pero sintió un fuerte dolor en su hombro - no te muevas, te pusieron una férula. Por ahora va a doler porque está fresco, pero ya me recetaron pastillas que puedes tomar para el dolor.

_El bebé...- fue lo primero que quería saber.

_Tranquila...- su pulgar acariciaba su mano - está bien...ya te hicieron las pruebas necesarias - Jennie suspiró aliviada - por suerte estabas sentada, eso redujo mucho el movimiento de tu vientre. Pero si tienes algunos dolores en el vientre, o algún tipo de humedad extraña en tu parte íntima, debes decirlo.

_No siento nada de eso...

_El doctor dijo que eran muy pocas las probabilidades, que estabas bien. Pero siempre hay que estar atentas - Jennie asintió - y...cuando te estaban sacando la ecografía...- sonrió con anhelo - me dí cuenta de algo...

_¿Qué...? - preguntó, viéndose aún cansada.

_Tu vientre...- posó tímidamente su mano  - ya se nota...pequeño...pero se puede ver - sonreía con ilusión.

_Te lo iba a decir al terminar los cinco días...- comentó apenada - lamento por no decirlo. Si el accidente hubiera afectado al bebé, quizá no lo hubieras visto.

_Pero ahora estoy aquí...- acariciaba su vientre, siendo delicada, como si estuviera tocando los pétalos de una flor - mi pequeño ya está creciendo...- sonrió conmovida.

Tímidamente, Jennie posó su mano derecha, la que no estaba lastimada, sobre la mano de Lisa, ambas sonrieron al ver ese pequeño bulto.

_Gracias por venir - pronunció Jennie.

_Te lo dije, Jennie - mantuvo su mirada a ella - no vas a estar sola en esto. Es nuestro hijo.

***

Nia se sentía incómoda con la presencia de Min, este había ido a su departamento al no tener cómo entrar a su casa, las llaves estaban dentro del auto y ya estaba anocheciendo. Nia no tuvo de otra que dejarlo pasar, después de todo, era el padre de Jung.

_¿No tienes nada en la refrigeradora? - preguntó irritado y la cerró al tomar un pequeño vaso de helado - al menos hay esto.

_Voy a trabajar desde la próxima semana - Nia estaba en la cocina, preparaba la papilla de Jung, el bebé estaba sentado en el suelo junto a sus juguetes - dejaré a Jung con mi madre, ya hablé con ella - le daba la espalda, concentrada en cocinar - ya que tú no quieres cuidar a tu propio hijo.

_Eso es cosas de mujeres - comía el helado y se sentó frente al pequeño, cruzando sus piernas - hola, pequeño yo - sonrió.

_Entonces actúa como un hombre y dame el dinero que tu hijo necesita, ya casi no me das dinero. No me agrada tener que buscarte y pedirte.

_Ahora no tengo trabajo, cuando lo consiga te lo daré. Ya verás, seré capaz de darle hasta un auto a mi hijo - movía el carrito frente al niño.

_No puedes vivir solo de ilusiones, Min - comentó con frustración - a veces pienso que solo aceptaste a Jung para recibir la herencia de tus padres, parece que no te importa.

¡No Es Mío!Where stories live. Discover now