Capítulo 26

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El toque insistente en la puerta lo hizo bufar, se levantó de su sillón y caminó con sueño y el cabello despeinado a abrir la puerta. Frente a él, dos hombres con traje y maletín lo veían. Una patrulla estaba estacionado frente a su casa y esperaban paciente ante cualquier orden.

_¿Min Manobal? - preguntó uno de ellos.

_Sí...soy yo - respondió dudoso.

_Somo abogados de la señorita Lisa Manobal. Seré breve. Hemos llevado a cabo la investigación del testamento que dejaron sus padres. Y al ser la señorita la única con un hijo, y otra en camino, haremos inmediatamente lo que ordena el testamento - le entregaba una hoja, era el permiso del juez - esta casa y el auto, le pertenecen oficialmente a la señorita Lisa Manobal. Así que, a pedido de mi clienta, le pedimos de manera amable que abandone el lugar. Ahora mismo.

_¿Q-qué? - río levemente, negando - esto es un error, yo tengo un hijo.

_Si habla del pequeño Jung, él ya está con su verdadera madre - Min se quedó desconcertado - qué tanto le debió de importar "su hijo", que no a ido a verlo ni llamó desde hace un mes.

_¿Cómo pueden creer esto? - negaba, nervioso - ella es una mujer, no puede embarazar - miraba a todos, buscando algún apoyo, pero ninguno se inmutó - ¡¿Acaso son imbéciles?! ¡Esto es imposible!

_Adelante - ordenó el abogado.

Min intentó cerrar, los abogados empujaron. Los policías llegaron y con su fuerza extra, abrieron la puerta y sostuvieron a Min en el suelo, cuando él intentó golpearlos.

_¡Sueltenme! - forcejeaba - ¡Esta es mi casa! - sus manos fueron esposadas, lo iban a llevar al centro policial por agresión a la autoridad - ¡SUELTENME!

Fue arrastrado a la puerta de la patrulla. El resto ingresaba para sacar sus pertenencias. Lo primero que encontraron, fue a un pequeño gatito blanco.

_¡No toquen a mi gato, hijos de puta! - gritó desde dentro de la patrulla.

El abogado murmuró algo al trabajador y este asintió, dejándolo en el suelo. Seguro Lisa lo cuidaría.

***

Lisa no prestaba atención a su clase, tenía la mirada perdida, pensando en Jennie. Sus dedos acariciaban de manera suave la pulsera, como si estuviera esperando aquel sonido de campanilla.

Su celular se encendió por un mensaje, lo tomó sin ánimos y lo observó. Era una alarma programada de hace varios meses.

"Llevar a Jennie a su control prenatal, 3 p.m"

Seguido de esto, llegó un mensaje de Nia.

"No te olvides que debemos llegar a Jung al pediatra, a las 3 p.m"

Lisa suspiró con cansancio.

_Alumnos, no se olviden de venir a las tres esta tarde, vendrán chefs reconocidos para probar sus platos. Uno de ellos está buscando a un buen chef para su restaurante, así que no lo desaprovechen.

Lisa golpeó su cabeza contra la mesa.

_No te ves tan bien - Jisoo susurró a su lado - ¿No vas a venir en la tarde?

_No sé si vendré, tengo un hijo y a una novia embarazada que atender...- murmuró sin quitar la cara de la mesa.

_Eso sí que suena cansado - Jisoo recostó su mejilla en la mesa, viéndola - por eso dicen que usen protección - Lisa giró su rostro, mostrándose seria y despeinada, como si quisiera matarla - yo solo digo. Muchos dicen que un bebé no te impide nada pero mírate, o mira a Jennie, tuvo que dejar la universidad. Pero vendrá alguien a decir "isi ni ti impidi", mis webos. Seguro los dejan con la abuela.

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