Capítulo 24

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En la casa Kim, algo estaba cambiando de manera inesperada. El señor Kim se dió cuenta recién aquel día, en el que Jennie otra vez no durmió en casa. La sala estaba en silencio, su música a alto volumen que venía de su habitación ya no se escuchaba. Verla bajar en pijama y corriendo para subir su desayuno a su cama, tampoco pasaba ahora. Poco a poco...su hija se iba alejando, su pequeña se estaba yendo.

Recuerda ese día en el que fue a recoger a su ahora esposa a su hogar, el día que se mudaron a un departamento. Ahora comprende porqué vió aquellos ojos cristalinos en su suegro, sabía que en cualquiera momento...esa emo vendría por su hija, se la llevaría.

Ahora estaba allí, sentado en su sofá, en un completo silencio acompañado de su esposa. Podía adivinar que ella estaba pensando lo mismo. Veía la casa, nostálgica, cómo si estuviera recordando.

_Ya va una semana que no viene a dormir - comentó la mayor - solo viene a saludar.

_Ayer se llevó su otra almohada - respondió el señor Kim - su favorito, el que tiene gatitos - sonrió con tristeza - su closet cada vez parece más vacío.

_Parece que está siendo muy felíz con la chica emo - su esposa acarició su mano - la veo más radiante, más sonriente, más hermosa, me alegro por ella.

_Entonces también estoy haciendo un buen trabajo - la admiraba - te ves igual de radiante, igual de sonriente, igual de hermosa, como cuando nos casamos.

_Tú siempre tan cursi - sonrió.

_Muy cursi - ambos brincaron del susto ante la voz de su nuera. Lisa los veía de pie a un lado del sillón, comiendo de unas papitas - no conocía ese lado suyo, señor.

_¿Puedes dejar de entrar así? - regañó - asustas.

_Perdón, pero Jennie me mandó a traer su laptop - se dirigía a las escaleras - sigan en su momento cursi - subió al segundo piso.

_Al menos es una buena chica - el señor Kim suspiró - solo que se cambie de estilo y todo perfecto.

_Deja su estilo - su esposa viró los ojos - aveces pienso que reflejas tu pasado en ella.

_¿Mi pasado?

_Cambiaste tu estilo cuando nació Jennie porque a mi padre no le gustaba. ¿Vas a hacer lo mismo con ella?

_Quizá - sonrió, cruzando los brazos - no se me había ocurrido.

***

Al llegar al departamento, Lisa sonrió al encontrar a Jennie haciendo los ejercicios que la profesora le había recomendado. Lo pilates eran buenos para preparar el cuerpo para el parto. Faltaban solo tres meses para que la bebé nasca y solo dos meses para que Lisa acabe la carrera.

Dejó la laptop en el sofá y Jennie la recibió con un beso. Lisa se dirigió a la cocina para comenzar a cocinar el almuerzo, tenía algo importante de qué hablar con Jennie, y eso la ponía nerviosa.

Durante el proceso, se veía pensativa sobre cómo decirle lo que pensaba hacer. Había tratado de olvidar el asunto sobre Jung, aunque tuviera esa duda de si en realidad era su sobrino, había decidido olvidarlo y seguir su vida con Jennie, pero la duda la atormentaba más al pasar los días.

No había tenido comunicación con Nia desde esa última llamada en la tienda, debía hablar con ella, pero para hacerlo, debía primero hablar con Jennie y no hacer todo a sus espaldas. Sabía lo que se sentía que alguien te oculte cosas así de importantes, y ella no lo iba a hacer con Jennie.

Dejó la comida ya lista sobre la cama en una bandeja, estaba siendo una costumbre para ambas comer allí y ver algo en la televisión. Jennie había salido de ducharte y ya estaba cambiada, su cabello aun seguía húmedo. Ambas comían viendo la pantalla, pero Lisa creyó que era el momento indicado.

¡No Es Mío!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora