Lisa regresaba a la casa de los Kim, estacionó su moto frente al garage y apagó el motor. Ese día irían de compras finalmente, habían pasado más de tres semanas y Jennie se encontraba mejor, ya podía mover el hombro, sentía un ligero dolor pero era todo. Ahora solo tenía una venda, pero igual tenía que evitar hacer movimientos bruscos.
Tocó la puerta y la señora Kim fue quien abrió. Entró directamente saludando y la mayor sonrió, ya era una costumbre para ellos. Lisa llegó a la sala y allí la vió, Jennie, con su ya notorio vientre. Aún no era grande, parecía que traía una pelota dentro de su sudadera y eso le hacía ver tierna. Jennie sonrió al verla y Lisa la admiraba con ilusión, tan radiante, tan linda.
_Nosotros estaremos en nuestros trabajos - el señor Kim salía con su maletín en mano - hoy me necesitan para una importante operación. Lo más probable es que no venga a dormir, podría ser una operación de veinticuatro horas. Así que - se acercó a Lisa, entregándole las llaves - cuida mi auto, ustedes lo necesitarán más este día - Lisa los tomó.
_Sí, señor - Jennie se puso de pie, tomaba su bolso y buscaba algo, Lisa no dejaba de admirarla - es...tan mágico un embarazo.
_Incluso hasta ahora, emo - respondió por lo bajo, también admiraba a su hija - incluso hasta ahora...ese sentimiento hacia tus hijos nunca se va - sonreía - al menos no para mi esposa y para mí - observó a la mayor, sonreía viendo a su pequeña castaña.
_Listo, ¿Nos vamos? - Jennie entregó su bolso a Lisa, ella lo tomó y lo colocó en su hombro. Jennie tenía una pequeña cajita en sus manos.
_Sí, hasta luego - Lisa se despidió de ambos.
Las chicas salieron de la casa, el garage fue abierto y Lisa se encargó primero de meter su moto.
_Lisa - Jennie se acercó - ten - le entregó la cajita - compré esto para tí. Ví que es algo clásico para las motos.
Lisa se mostró dudosa, abrió la caja y su sonrisa creció, era un patito amarillo para motos. Jennie amó esa sonrisa. Hace mucho que estaba pensando en darle un detalle pero no sabía qué, hasta que vió un vídeo en internet en donde muchos presumían a sus patos. Al ver la emoción en Lisa, sabía que había sido un buen regalo.
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_Queda perfecto aquí - lo colocó en medio, mirando hacia adelante - ¡Está tan lindo! - Jennie rió con cariño al verla - ponle un nombre.
_¿Un nombre? - estaba pensativa - ¿Patito? ¡Ash! Lisa, elegir un nombre no es fácil.
_Bueno, se llamará Patito - sonrió - vamos, quiero regresar temprano - se apresuró a llegar al auto y abrir la puerta para Jennie, ella ingresó - gracias por el regalo, Jennie.
En cuestión de minutos, veían con una gran ilusión el pasillo para bebés mientras sostenían un carrito de compras. Era un gran pasillo en donde fácilmente podrían hacer una carrera con pequeños autos. Cada quien corrió en direcciones diferentes, habían quedado en solo comprar cinco juguetes por ahora, ya que no sabrían si el bebé elegiría juguetes o peluches o hasta instrumentos musicales para bebés, así que debían darse prisa y elegir primero que la otra.
