Capítulo 32

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Aquella comisaría era muy ruidoso, cada persona parecía estar ocupado en algo e iban de un lado a otro sin siquiera pedir permiso. Policías entraban llevando a alguien esposado y había una pelea en el fondo de la gran sala en donde un chico parecía que batallaba para escapar.

Jennie siguió caminando siendo guiada por la oficial de policía. Cruzaron a una nueva sala y Jennie pudo verla finalmente, Nia estaba en los asientos de espera. Se notaba muy cansada, cargaba a Jung entre sus brazos y parecía estar a punto de quedarse dormida.

_¿Cuánto tiempo lleva allí? - preguntó Jennie.

_Desde la mañana - respondió la oficial - la llamaron para una nueva interrogación pero ya no le permitieron salir. Tiene que esperar a que le den el permiso. Su abogado está tratando de arreglar para que las investigaciones lo sigan haciendo como hasta ahora y que no la encierren.

_¿No sirvió de nada las declaraciones de mi padre?

_Esto es más complicado de lo que creé, señorita. Hay que pasar por muchos procedimientos. No fue solo una pelea, hay un muerto de por medio. Hay muchos casos en que llegan a pasar hasta tres años para que el juez dé un veredicto.

Jennie suspiró. Agradeció a la oficial y ella se retiró. La castaña se dirigió a Nia y se sentó a su lado, la pelimarrón no se daba cuenta de su presencia, se estaba quedando dormida.

Su cabeza colgó de lado y el hombro de Jennie estaba allí para que no cayera. Nia dormía, a pesar de aquello, sus brazos nunca perdieron fuerza para sostener a su hijo. Jung se mantenía despierto, veía curioso a Jennie y ella le sonrió levemente. El pequeño sonrió también, enseñando su carrito favorito que tenía en sus manos.

No sabe cuánto tiempo pasó, pero al despertar, Nia levantó su mirada y se encontró con Jennie durmiendo a su lado. Nia se alejó de un brinco por la sorpresa. Escuchó la risilla de Jung y lo miró, él tenía una galleta en mano y lo sus labios estaban manchados de vainilla.

_¿Quién te dió eso?

_Yo...- Jennie respondió aún con los ojos cerrados - espero que no te moleste - giró a verla, algo somnolienta.

_No...- regresó a su asiento - ¿Qué haces aquí?

_Vine...a ayudarte - otra pelea llenó la sala de gritos y violencia - no creo que este lugar sea bueno para tu hijo.

_No, pero no tengo con quien dejarlo.

_Lisa me comentó que tenías a tu madre, ¿Por qué no se lo dejas a ella?

_¿Mi madre? - río levemente - es alguien muy...difícil de descifrar. Aveces te quiere y aveces no. No quiere cuidarlo si es que no le pago.

_¿No tienes algún otro familiar?

_No, solo la tengo a ella...

_Yo...- no sabía cómo iba a tomar aquello - puedo cuidarlo - Nia giró a verla, extrañada - mi padre me comentó que siempre te veía sola aquí. Y...ese niño no es solo tuyo, también es de Lisa...quisiera ayudarte en cuidarlo mientras pasas por todo el proceso.

_Siendo sincera...- Nia desvío la mirada, pensativa - no sé si puedo confiar en tí...no te conozco, solo hemos tenido pequeños encuentros nada agradables para ninguna.

_Te entiendo, pensaría lo mismo, no nos conocemos realmente. Pero tenemos algo en común ahora mismo.

_¿Cuál?

_No está Lisa para que pueda ayudarnos - comentó en un suspiro - tu hijo...estuvo un año lejos de ella, como madre me refiero, y ahora mi hija pasará lo mismo. Tu hijo, es su hermano...y mi hija su hermana. Debemos apoyarnos por el bienestar de cada uno, ¿No lo creés?

¡No Es Mío!Where stories live. Discover now