Capítulo 33

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Desde hace días que las videollamadas habían pasado de algo necesario para mantener un buen vínculo como madres, a ser ahora la hora exacta para tratar de comenzar una venganza por la batalla perdida en la videollamadas anterior.

Jennie quería venganza, claro que la quería. ¿El obstáculo? Lauren Jauregui.

Lisa la mantenía en cada videollamada a su lado, no la permitía irse ni siquiera a abrir la puerta, y si lo hacía, Lisa cubría la pantalla diciendo que la espere.

Esa noche Jennie comía malhumorada, tenía una sudadera puesta y miraba seriamente a Lisa, ella evitaba su mirada, sabía sus intenciones y no estaba dispuesta a quedarse otra vez con las ganas. Quien sabe lo que tendría puesto debajo, o quizá no estaba usando nada, eso sería una tortura.

_Lauren...- Jennie trató de sonar amable, pero la rudeza en su voz fue evidente - ¿Podrías darnos privacidad un momento? Necesito decirle algo, por favor.

_Claro - iba a retirarse.

_Te quedas - Lisa sujetó su mano de inmediato.

_Lisa - Jennie estaba perdiendo la paciencia, pero fingía una sonrisa - que bueno que te estás recuperando muy rápido.

_Sí, las operaciones si fueron de mucha ayuda - comía de su plato, ya podía sujetar su cuchara sin que esta se caiga y podía mover sus extremidades con mayor velocidad - ¿Y cómo fue tu día?

_Estresante - se cruzó de brazos - ¿Sabes lo que es estar con dos niños a tu cuidado?

_Bueno, yo...quisiera ayudar pero-

_Pero no puedes, lo sé - respondió con molestia.

La frustración sexual tampoco ayudaba.

_Jennie, sé que no es fácil-

_Todo lo que espero en el día es poder hablar contigo a la hora de la cena, porque es a esa hora en que mis padres pueden cuidar a los niños, pero no puedo tener privacidad contigo porque tienes a tu terapeuta pegada a tí como un maldito chicle - levantó la voz.

_Jennie, escucha, yo-

_Tú qué, Lisa - interrumpió - sé que es difícil para tí pero aquí también lo es. No estás presente. Es difícil cuidar a nuestra hija sola y cuidar a tu hijo también. Ni siquiera mandas dinero, no puedo-

_¡¿Qué quieres que haga?! - Lisa interrumpió al escuchar lo último - ¡Ni siquiera puedo caminar, Jennie! ¡Estoy dando mi mayor esfuerzo para poder volver con ustedes lo más rápido posible! ¡¿De dónde quieres que saque dinero?! ¡Mi amiga es quien me paga todo! ¡¿Creés que estoy muy cómoda aquí estando lejos de mis hijos?!

Silencio incómodo, ambas parecían retarse, pero a la vez no querer discutir.

_Yo...mejor me retiro - pronunció Lauren.

_Sí, vete - respondió Jennie.

_No la trates así - Lisa salió a la defensiva - ¿Qué te pasa?

Lauren decidió esperar en la sala.

_¡Que solo quiero un momento contigo, Lisa! ¿Es mucho pedir?

_¿Estás celosa? ¡Es mi terapeuta!

_¡Tu terapeuta que ya te ha visto toda desnuda y toca tu cuerpo todos los días!

_¡¿Y cómo que supone que me cambie o me bañe?!

_¡Y yo que sé! ¡Contrata a una anciana!

_¡¿Qué?! - preguntó incrédula - ya, entiendo - trataba de relajarse - estás estresada, te estás desquitando conmigo y lo acepto. Pero no metas a terceros.

¡No Es Mío!Where stories live. Discover now