Atracción indebida 🔞 (TERMINADA)

Mi desordenada vida

POV SAKURA

—¡Joder! ¡Maldito despertador! —exclamo ofuscada nada más poner los pies en el suelo.

Cualquier día juro que lo tiro al patio del vecino y acabo de una vez con el puto "Ring Ring" de los cojones. Me levanto asqueada, la cabeza me da vueltas y el olor a ceniza está presente en toda la habitación, es entonces, cuando me doy cuenta que olvidé vaciar el cenicero de encima del escritorio, el cual rebosa colillas por doquier.

Me voy al baño y me miro en el espejo, pero creo que ha sido mala idea, mi rostro da miedo, una mezcla de restos de maquillaje sumado a las ojeras por falta de sueño, hacen de mi reflejo un auténtico espanto, es lo que tiene salir de fiesta y beber hasta reventar, en fin...

Después de ducharme y lograr parecer una persona normal, decido bajar a desayunar, aunque siendo sincera, más que meterme algo en el estómago, lo que tengo ganas es de sacarlo, la puta resaca de la noche anterior todavía está haciendo estragos en mi cuerpo.

*

—¡Lo que me faltaba! —me quejo en voz alta cuando me dispongo a abrir la nevera y veo un post it de mi madre pegado en la puerta.

~~~~

Saku, no estaré en todo el día, pero puedes prepararte lo que sea con lo que hay en el frigo.

Nos vemos luego

~~~~

¡Ok, perfecto!, tan escueta como siempre, pienso interiormente. Precisamente hoy que me encuentro como si un trailer me hubiera pasado por encima. Me voy al sofá y me tumbo en él pensando en la mierda de vida que llevo desde que mi padre le puso los cuernos a mi madre, está claro que si uno de los pilares falla, la torre se va a la mierda. No he vuelto a ser la misma desde entonces, y siendo sincera, no creo que vuelva a serlo, antes no es que fuera muy distinta, pero si más responsable y educada, ahora me he vuelto un auténtico desastre, todo me la resbala, y si tengo que partirme la cara con alguien, lo hago y punto. No sigo ninguna regla establecida y tampoco estoy dispuesta a acatar ninguna, y como mi madre pasa olímpicamente de mí, pues ya me va bien.

●°●°●°

Estoy ordenando la habitación y ni una leonera puede compararse al auténtico desastre, por lo que abro bien la ventana para que el aire renueve, el puto cenicero lo ha dejado todo bien apestado, aunque bueno, el pobre objeto no tiene vida propia, la culpable soy yo por no vaciarlo. De pronto, el sonido del móvil retumba en la estancia y en mi cabeza, por lo que resignada y arrastrando los pies, me muevo como alma en pena hasta alcanzarlo.

~~~~

Por teléfono

—¡Hey, bombón! ¿Qué tal te has levantado? —exclama mi follamigo al otro lado de la línea.

—Pues... hecha una mierda, ¿Y tú...? —contesto entre soñolienta y divertida.

—Ya sabes que yo tengo mucho aguante, Saku... en todo... —contesta picarón y con doble intención.

—Vamos... menos lobos, caperucita. ¿Qué mosca te ha picado...? —pregunto juguetona.

—¿Te apetece que nos veamos hoy? —su pregunta ya no me sorprende.

—Ya te dije que no quería nada serio, solo un polvo de vez en cuando, nada más.

—Vale, no insistiré, pero si cambias de opinión, ya sabes dónde encontrarme —siempre se conforma en todo lo que le digo.

—¿Esa frase es la única en tu repertorio...? —pregunto sarcástica.

Los dos nos reímos y cortamos la llamada.