House of The Dragón 🐲 † ||• One-Shots• || † 🐲

• Aemond Targaryen x Daemon Targaryen

Emparejamiento: Aemond Targaryen x f!reader x Daemon Targaryen

Advertencias: Cornudos, voyeurismo, obscenidad, sexo rudo.

Resumen: Al darse cuenta de que la esposa de su sobrino parece insatisfecha con su matrimonio, Daemon se propone mostrarles a ambos que se puede encontrar placer en el lecho conyugal...

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Apenas ha podido quitarle los ojos de encima a Daemon desde que llegó por primera vez a la Fortaleza Roja. Posee los rasgos clásicamente bellos otorgados a los de sangre valyria, se comporta con confianza y encarna un aire de peligrosa imprevisibilidad que la asusta y la excita en igual medida. Aunque ninguna de estas cualidades mantiene su mirada fija en él.

Su interés se despierta por lo absolutamente devoto que es él hacia su esposa. Cuando estuvo junto a su marido, Aemond, en el Gran Salón, mientras Vaemond Velaryon desafiaba la sucesión de Driftmark, su atención se centró únicamente en Daemon y Rhaenyra. Él había estado pegado a su lado, su mirada siempre buscando la de ella, y cuando Vaemond se había atrevido a llamarla puta y a sus hijos "bastardos", no había dudado en desenvainar su espada y cortar la cabeza del hombre por la mitad. Se pregunta si su propio marido la defendería con tanta firmeza.

Ella no es ciega ante sus situaciones marcadamente diferentes; La unión de Daemon y Rhaenyra es de amor, es evidente para todos. La de ella y Aemond es una necesidad política. Aunque se han encariñado durante los últimos seis meses de su matrimonio, y él nunca ha sido cruel con ella, ella no puede evitar los celos que se arremolinan, feos y acre, dentro de su pecho, ante cuya tranquilidad la media hermana de su marido y su tío interactúan entre sí.

Los dos hijos que ya tienen juntos, y el que actualmente crece dentro del vientre de Rhaenyra, son prueba suficiente de la pasión que sienten el uno por el otro. Sin embargo, las miradas que intercambian en la mesa esta noche son ardientes y llenas de intención. Sus dedos se rozan mientras se pasan platos de comida entre ellos, y la mano de Daemon parece encontrar su camino hacia su estómago, acariciándola amorosamente, sin siquiera darse cuenta de que lo está haciendo.

La intimidad entre ella y Aemond no es tan sencilla, aunque no se debe a que ella no lo haya intentado. Él se acuesta con ella con frecuencia y ella recibe sus insinuaciones con entusiasmo, pero su estoicismo lo vuelve incapaz de perder el control por completo. Él es receptivo a sus súplicas de "más duro", "más rápido", pero ella siempre se queda con la insatisfacción de sentir que él está ocultando algo, y fuera de su dormitorio compartido es raro que él alguna vez la toque. Ella ha intentado abordar el tema con él antes, enmarcándolo como un medio para que encuentren una mayor satisfacción en su lecho conyugal, pero él siempre la rechaza con desdén, claramente incómodo con el tema.

Puede sentir algo oscuro y urgente burbujeando bajo la superficie de él, y anhela sacarlo, experimentar toda la fuerza del fuego del dragón que corre por sus venas, pero no sabe cómo atraerlo.

Había aparecido prominente en su ojo visual cuando la Hermana Oscura había partido el cráneo del hombre Velaryon en dos, una potente mezcla de sed de sangre y deseo, mientras su pupila se había dilatado ligeramente. Un escalofrío le recorrió la espalda y el calor se acumuló entre sus muslos, lo que la obligó a apretarlos para defenderse del dolor sordo y punzante.

Ella anhela que esa mirada caiga sobre ella, que ella sea la receptora de cualquier ira que siga, y ahora está segura de que es Daemon quien tiene la clave para convencer al lado más oscuro de su marido de salir a jugar.