House of The Dragón 🐲 † ||• One-Shots• || † 🐲

• Cregan Stark

Hijos del Lobo

Pareja • Cregan Stark x lectora Targaryen

Advertencia: representación semigráfica del parto, Cregan protector, dolor y consuelo, final tierno.

Autor/tumblr: sylasthegrim

Resumen: De camino a Rocadragón para visitar a tu hermana Rhaenyra, te encuentras de parto durante tu parada en Desembarco del Rey. Cregan te protege de la intromisión de Alicent.

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Partir en la atmósfera lúgubre de la Fortaleza Roja no formaba parte de tus planes. Habías deseado dar a luz en Rocadragón, donde ahora residía tu hermana mayor Rhaenyra, y llegaste al sur a tiempo, o eso creías.

Tu primer hijo, Rickon, era el orgullo de su padre: una belleza de cabello oscuro con un temperamento fuerte y todos los rasgos clásicos de los Stark. Cregan amaba a su pequeño y estaba deseando verte con un segundo hijo.

Tu segundo embarazo había sido algo desagradable, pero hasta entonces, no habías sentido dolores ni fatiga que indicaran la proximidad de tu término. Sin embargo, la víspera de tu partida de Desembarco del Rey, los dolores de parto comenzaron repentinamente por la tarde.

Obligada a permanecer en la Fortaleza Roja, te habían dado las antiguas habitaciones de tu hermana mayor para tu estancia más larga, las mismas en las que pasaste muchas noches de tu infancia, haciendo planes para el futuro con Rhaenyra.

Ahora la tarde se había convertido en noche, la oscuridad caía sobre la Fortaleza, y tus labores no habían progresado. Varias parteras te atendían con mimo y el Maestre se cernía sobre tu cuerpo tembloroso, intentando mantener alejado a tu señor esposo.

- No es costumbre, Lord Stark, que el padre esté presente durante el parto. Puedes esperar en el pasillo y te llamaremos cuando el niño esté en brazos- le informó el Maestre con cuidado, pero aun así, el solemne señor norteño irguió los hombros.

Cregan: Al diablo con las costumbres, no abandonaré a mi esposa mientras sufre para traer a mi hijo a este mundo- respondió, y las voces alzadas y los tonos tensos solo aumentaron tu angustia.

T/N: ¡Aire, aire!- gritaste, apartando a una de las parteras. Ella te miró con lástima, volviéndose hacia tu esposo con una expresión triste en el rostro.-¡Necesito aire!- gemiste, paseándote frenéticamente.

Cregan: ¿Qué está pasando?- Cregan le susurró, esforzándose por mantener la compostura. Tus partos con Rickon habían sido dolorosos, pero no habían conllevado esta urgencia, y le daba miedo pensar en lo que este pánico inesperado significaba para ti y el niño.

-Está inquieta, no logra recuperar el aliento -respondió ella, sacudiendo la cabeza con preocupación- Quizás un poco de aire le vendría bien.

-Todas las ventanas ya están abiertas -la tranquilizó el maestre-.

Cregan: ¿Puedes caminar? -preguntó Cregan, ofreciéndote su brazo, que aceptaste con entusiasmo.

T/N: Por favor -suplicaste, aferrándote a su camisa; la tela se arrugó bajo tus manos. Hacía un rato que se había quitado el grueso jubón; la preocupación le hacía correr la sangre más fuerte de lo habitual.

Te recibió en sus brazos y gruñiste durante la siguiente contracción, aspirando con furia su aroma familiar.

T/N: Quiero salir, al Bosque de los Dioses -gimiste contra su cuello.