Capitulo 2

48.5K 3.5K 877
  • Dedicated to Aeris
                                    

Habían pasado cuatro días desde que Ángela había planeado aquella broma con sus amigos. La noticia de que era un pardillo se había extendido por todo el instituto y, se moviera por donde se moviera, se sentía observado y el centro de todas las bromas. Durante las clases teóricas sus compañeros se dedicaban a entretenerse lanzándole bolitas de papel mojado o notas ofensivas. Pero lo peor llegaba en las horas de gimnasia donde, aparte de no encontrar nunca un compañero para los ejercicios, terminaba con alguna herida o magulladura de más, convirtiendo  cada momento de su vida en un infierno ¿Por qué era tan distinto a los demás? Le costaba relacionarse con los demás y su aspecto de empollón feúcho no ayudaba a que los demás se acercasen a él.

            —¡Ey!

            Julian miró curioso al chico que estaba apoyado contra uno de los edificios no muy lejos de su casa. Era alto. Su cabello rubio trigo estaba revuelto y una gafas de sol ocultaban sus ojos. Vestía con un pantalón negro y una camiseta ajustada muy sugerente. Era muy guapo y Julian, algo avergonzado, reconoció que le gustaría ser como aquel chico.

            —¡Ey! —insistió el joven, mientras encendía un cigarrillo.

            Julian lo miró un poco más atentamente, pero sin pasar de ser un simple reojo. Después de cerciorarse de que no lo conocía, se giró e incluso se dio la vuelta para ver si había alguien más a quien pudiera estar dirigiéndose.

            —¿Es a mi? —preguntó inocentemente.

            —No me fastidies, idiota —soltó el chico enfadado—. ¿Estas sugiriendo que te has olvidado de mí? ¡No me seas capullo!

            —¿Qué? No... Yo...

            No tardó en darse cuenta de quien podría ser. ¿Sería posible que fuera aquel chico? ¿Cómo lo había encontrado? ¿Qué querría de él?

            —Parece que ya te acuerdas de mí —dijo de pronto el chico, con una sonrisa maliciosa—. Ahora dime, ¿Cómo piensas pagarme por lo del otro día? Me estropeaste el traje y encima tuve que llevarlo lleno de barro hasta que vinieron a recogerme...

            —Si quieres te pago el traje o la tintorería —se ofreció rápidamente. Aquel chico le ponía nervioso. Tenía un autocontrol y una seguridad de las que él carecía y encima, por mucho que le costaba reconocer que también le perturbaba, era condenadamente guapo.

            —¿En serio? —Aquella sugerencia pareció divertirle—. Dime, idiota, ¿crees en serio que puedes pagarme un traje como aquel?  Niño, te estoy hablando de ropa diseñada únicamente para mí. Me temo que tendrás que ir pensando en otra manera de pagarme.

            —No se me ocurre otra forma.

            ¿Podría ser verdad lo que estaba diciendo? Si hablaba en serio y podía permitirse que diseñaran su ropa debía ser muy rico...

            —Además no hablo únicamente de la ropa, también de la humillación — el joven tiró el cigarrillo al suelo y se separó de la pared, acercándose a él. Julian retrocedió inconscientemente hasta que el chico lo agarró por el brazo y le detuvo—. De todas formas piensa que lo hago por tu educación, imbécil. Debes aprender a ser responsable de tus acciones.

            —¡Ya dije que lo siento! —insistió nervioso.

            —Eso no me sirve.

            —¿Y qué quieres que haga?

            —No me hables en ese tono, capullo. Si no se te ocurre a ti una manera de solucionarlo, lo haré yo.

            Julian tragó saliva. ¿Le golpearía? Sopesó las posibilidades de echar a correr, pero las desechó rápidamente. Seguramente aquel chico sería mucho más rápido que él.

            —¡Ya sé! Muy bien, idiota, a partir de hoy y hasta que yo decida que has pagado tu deuda, serás mi esclavo.

Cuando habla el corazón (chico x chico)Where stories live. Discover now