Capitulo 41

23.2K 1.4K 979
                                    

            Julian camino en silencio, escuchando a medias la conversación —o monologo— de Oshi a su lado y aún más distante la que Kei mantenía a muy poca distancia por delante.

            Aún notaba las mejillas ardiendo y las manos sudorosas. ¿Cómo se le podía haber escapado aquello? Debía comenzar a prestar más atención a lo que pensaba o algún día se metería en algún problema serio. En otro. Si se detenía a pensarlo con un poco de atención, toda su vida había circulado de error tras error y llegado al punto donde se encontraba, siguiendo los pasos de un chico con mal carácter y una vida tan peligrosa que parecía increíble que siguiera con vida, en un país donde ni siquiera se había planteado visitarlo alguna vez, parecía que toda su existencia había una equivocación.

            Suspiró deprimido.

            —Kei

            Julian levantó la cabeza. Víktor se acercaba a ellos desde el otro lado del pasillo, a través de esos largos e idénticos corredores con la misma maceta al lado de cada puerta.

            Kei no respondió. Avanzó hacia su tío sin aumentar la velocidad y Julian casi tropezó con el brazo de Oshi cuando éste lo extendió a su paso, impidiéndole continuar. Julian lo miró extrañado, pero cerró prudentemente la boca cuando vio que Isi también se detenía al igual que los dos hombres que acompañaban a Viktor, permitiéndole continuar hasta llegar solo hasta Kei.

            Durante varios minutos Kei y Víktor hablaron en voz baja, sorprendentemente sin que sus voces llegaran hasta ellos, o, al menos, Julian no llegó a escuchar nada. Ni siquiera gesticulaban o movían alguna parte del cuerpo. Era dos figuras estáticas donde la única parte del cuerpo que movían era sus bocas. Cuando finalmente Víktor retrocedió un paso y se giró, todos siguieron igual de inmóviles hasta que desapreció por el mismo lugar por el que había aparecido junto a sus dos hombres. Sólo entonces, Oshi apartó el brazo y le permitió pasar.

            —Kei...

            Isi fue el primero en hablar, pero no terminó de hacerlo. Kei asintió con la cabeza y todos continuaron avanzando; esta vez en un silencio tan desagradable que a Julian se le puso el pelo de punta, agradeciendo, por primera vez, ver que Kei se detuviera en una de las puertas a la que a él le parecía igual que el resto, y la abrió con la familiaridad de quien sabe que es su habitación.

            —Todos tenéis ordenes —dijo Kei, deteniéndose después de dar un paso en la habitación—. Quiero estar solo.

            Isi inclinó la cabeza y retrocedió pero Oshi se cruzó de brazos y comenzó a poner mohines.

            —¿Por qué? ¿Nos echas ahora que comienza la diversión? No es justo...

            Isi lo agarró de la parte de atrás de la camiseta y tiró del chico pelirrojo, arrastrándolo por el pasillo mientras Oshi no dejaba de gritar y arañar la pared.

            Julian miró a Kei de reojo.

            —¿Y tú? ¿Piensas ir con ellas o prefieres entrar?

            Junto a sus palabras, Kei abrió del todo la puerta con su cuerpo, invitándole a entrar. Julian obedeció, echando una última mirada a Isi y Oshi que ya se alejaban.

            —¡Claaaaaaaaaaro! A él si y a mi no. ¡Eso no es justo!

            —¡Callate o se lo diré a Rykou!

Cuando habla el corazón (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora