Capitulo 13

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— Eres un idiota – soltó Kei, cuando apartó los labios. Julian no respondió. Tenía la cara empapada y se separó de Kei de mala gana —. Mejor será que te vayas, tengo muchas cosas que solucionar. Y tú, sólo terminas causándome más problemas.

            — ¿Puedo quedarme un rato?

            — No. Vete un rato con Oshi. Él estará encantado. Parece que ha decidido adoptarte y dudo mucho que puedas librarte de su compañía fácilmente.

            — Ah...

            Julian se secó el rostro con las mangas de la camiseta y miró a Kei de reojo, preguntándose si debía hacerle la pregunta. Se revolvió incomodo, sin mirar al chico directamente.

            — Si quieres preguntarme algo, hazlo, no te andes con esos estúpidos rodeos. Me pones enfermo.

            — Esto... ¿Quién es Oshi y Rykou?  — susurró avergonzado.

            — ¿Para qué quieres saberlo? – soltó Kei, volviéndose a sentar en el sofá. Encendió tranquilamente un cigarrillo y lo miró perversamente —. ¿Estás celoso?

            ¿Celoso? Julian enrojeció aún más, hasta el punto de sentir como las mejillas le ardían.

            — Claro que no... — susurró sin convicción. Sí, estaba celoso, ¿y qué? Kei vivía con aquellos dos chicos... o al menos se veían con frecuencia y, por tanto, debían ser amigos o tal vez algo más... Además, Rykou tenía una actitud muy protectora sobre él... muy posiblemente por algún motivo... Julian miró a Kei y se dio cuenta de que éste no había dejado de observarle y en su mirada estaba impresa la misma burla que en su traviesa sonrisa. Avergonzado, apartó la mirada rápidamente, incomodo.

            — En fin, no sé que hacer contigo. – soltó Kei tras un largo suspiro. Se llevó una mano a la cabeza y apartó los mechones del cabello que caían juguetonamente sobre su rostro. Era un simple movimiento, pero Julian se sorprendió de la naturalidad con la que lo había hecho, con los ojos cerrados y una expresión relajada en el rostro. Algo que era muy raro ver en él. Siempre parecía estar a la defensiva, dispuesto a atacar en cualquier momento. Aquello significaba... ¿Tal vez había dejado de verlo como a un enemigo?

            — ¿Me puedo quedar? – insistió.

            Kei volvió a suspirar exasperado y le lanzó una mirada sin emoción.

            — No es un buen momento. Tengo problemas... es más, tú eres un problema.

            — ¿Qué? Yo...

            — Cállate de una vez, pesado – soltó Kei sin alterarse. Julian obedeció inmediatamente, cerrando la boca de golpe. Kei le miró unos instantes y apartó la cabeza molesto —. No estoy de humor para nada. Me duele la cabeza y llevo dos días sin dormir. Además... tengo que solucionar algo que no te incumbe. Así que lárgate de una vez.

            Julian guardó silencio. No quería marcharse, pero sabía, por mucho que le doliese, que en verdad él no podría ayudarle con los problemas que parecía que lo estaban atormentando. No era capaz de enfrentarse a los suyos y sólo conseguiría estorbar a la persona que quería. ¡Pero era tan doloroso!  Pensar que solo sería una molestia para él...

            — ¡Lárgate!

            Julian se mordió el labio y tras echar una ojeada a Kei, quien se sujetaba la cabeza con las manos, se encaminó hacia la puerta. Sin embargo, al pasar por al lado de Kei, éste le agarró del brazo, sin tirar de él realmente. Julian se giró, sorprendido y sintiendo como el corazón se aceleraba ante el contacto de la mano de Kei.

Cuando habla el corazón (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora