EL ITALIANO ( Matteo Esposito)

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Luego de pasar un maravilloso día en el club nos dirigimos de nuevo a casa, debo decir que no veo la hora de llegar, mi mujer me trae mal desde que se colocó ese pequeño traje de baño, así que quiero llegar a ser la mía.

Apenas bajamos del auto, mi esposo me cargó y me llevó directo a la habitación, comenzamos a desvestirnos con desespero guio a mi esposo hacia la cama donde lo montó de espaldas, él comienza a azotar mi trasero mientras yo lo cabalgo.

cuando mi mujer aumenta sus movimientos, me aferro a las sábanas, porque joder me está llevando a la gloria, ¡ese maldito movimiento de cadera! Más el roce que hace mi miembro y su vagina mierda, siento que todo mi cuerpo empieza a temblar y me voy lejos por unos segundos, dejando toda mi semilla en su interior.

cuando mi esposo se tensa, me dejó llevar por mi orgasmo, me encanta tener sexo con este hombre, yo pensaba que yo era fría porque el sexo no era algo habitual en mi vida porque vivía entregada al hospital, Pero ahora no puedo estar sin eso.

luego de hacer el amor con mi esposa varias veces, decidí prepararle una deliciosa cena, no son muy experta en la cocina, pero sí hago lo básico, así que hago una rica pasta Alfredo con una ensalada y colocó dos copas de vino.

— ¡huele divino mi amor!

— ¡Espero que sepa igual y sobre todo que te guste!

— ¡El simple gesto de cocinar para mí me encanta!

—Hermosa, estuve pensando en la idea de hacer una pequeña clínica, algo que sea accesible para todos donde se puedan atender los trabajadores y su familia. Porque un consultorio te quedará pequeño y no creo que te guste estar sin operar, así que llamaremos a un arquitecto y comenzaremos a hacer los planos. Quiero que participes en todo, para que el lugar sea cien por ciento de tu agrado, tú conoces más ese ramo que yo, así que tú sabrás distribuir mejor el espacio, podrías invitar a tu madre a ser parte de esto.

—gracias, mi amor— me levantó de la mesa y corro sus brazos, abrazo y le doy un beso, gracias por todo y me agrada mucho la idea de la clínica que sea algo de bajo costo para que todos se puedan atender, aunque si alguno no tiene dinero igual lo voy a atender no importa los gastos que eso genere.

—tranquila, hermosa, no me pondré a eso y si tengo que dejar mi fortuna, para que tú seas feliz atendiendo personas sin recurso, lo haría con todo el amor del mundo. Mañana iremos a la empresa, quiero que conozcas el personal de aquí, también te llevaré el viñedo a conocer los empleados y le pediremos a mi secretaria que busque una tan buena para ti como lo es ella. Para que comencemos con los temas de contratar personal, de pedir currículum y todas esas cosas, porque todo lleva su tiempo, estuve pensando que hay una propiedad que nadie usa y es muy grande. No sé si reformarla sea lo mejor como ya la estructura está hecha, creo que es más fácil o llevaría menos tiempo remodelarla y acondicionarla para hacer la clínica.

—cierto cariño, creo que es mejor usar un espacio ya construido, porque empezar de cero a estas alturas nos llevaría mucho tiempo y no quiero estar tanto tiempo sin trabajar

— será como tú lo deseas amor

— y ¿Cuándo buscaremos a nuestra hija? Ya la extraño.

—quiero dejarla un par de días más con mis padres, no tuvimos luna de miel, así que quiero aprovechar estos días para conocernos un poco mejor, ya que cuando estamos con la niña toda la atención se la damos a ella, yo también la extraño

— tienes razón, es bueno que pasemos estos días juntos.

—Igual cuando desees que el personal vuelva, solo tienes que decirlo mi amor, no quiero que tengas pena de nada, está en tu casa y puedes disponer de ella y de todo lo mío a tu antojo. Sabes me gusta más esta versión de ti más relajada, más abierta, la que había en Chicago era algo difícil de llevar.

—es que las cosas no fueron muy fáciles, Matteo, ¿cómo comenzó nuestro romance? Por así decirlo, no fue de un modo muy convencional, primero descubrí que teníamos una hija en común y luego nos casamos solo para no perder la custodia. Yo también venía de un pasado muy marcado y después de ser abandonada, en uno de los momentos que más necesitaba a mi pareja, tenía miedo de abrirme nuevamente y salir lastimada. Pero te pido disculpa porque de verdad tú desde el primer día has puesto todo de tu parte y muchas veces no lo supe ver y te traté mal o te hice sentir mal con o sin intención y de eso estoy arrepentida, me da mucha vergüenza recordar algunas cosas que te dije.

—amor, eso ya quedó en el pasado, yo también entendí que en cierto modo era mi culpa, porque no debí obligarte a casarte, creo que teníamos que haber dejado que las cosas fluyeran y en segundo lugar nunca te di el espacio, ni el tiempo suficiente para asimilar todo. Un día me casé contigo y al otro día quería que fueras mi mujer, porque esa era la realidad aun cuando ocultaba mis intenciones o cuando trataba de parecer inofensivo delante de ti. Debo decir que desde el día que te vi en la fiesta, tenía ganas de hacerte mía, esa es la realidad, así que aceleré quizás un poco las cosas y por eso te cerraste. Pero ya vamos a dejar ese capítulo atrás, estamos en uno nuevo, somos un matrimonio, tenemos nuestra familia y estaremos juntos para siempre, te quiero, mi hermosa Kate.

— yo te quiero más, mi hermoso italiano

—vamos a cenar mi amor, antes de que la comida se enfríe o antes de que yo pierda la cordura y terminé devorándote a ti primero

— Matteo, ¡eres insaciable!