II

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Solo uno de cada dos niños que nacen combinados de dos especies diferentes sobrevive,  y ese era el miedo que tenían ambas hermanas.  La parte banshee de Lust se apego más a la rubia de las gemelas,  mientras que la otra pequeña obtuvo parte yilian. 

En Filipinas las ayudaron a controlar sus poderes,  para ambas fue difícil, para Lana lo fue aun más debido a que la mayoría de sus poderes eran Bashee, ambas hermanas en toda su estancia sólo se vieron  dos veces,  la primera vez, la castaña estaba en el bosque de la tribu practicando,  estaba comenzando a perder el control,  cuando escuchó gritos,  dos personas de la tribu sostenían los codos a Lana mientras la arrastraban hacia la otra cabaña,  la rubia tenía sus manos en sus oídos,  los gritos desgarradores decían "Haz que se detengan, haz que paren,  por favor calla las voces",  ambas tenían siete años de edad,  la segunda vez que lograron verse fue la misma semana,  todos estaban dormidos al igual que el Kapre,  todos menos Lana quien se escabulló burlando la seguridad del campamento, sin saberlo, había despertado a su castaña hermana,  al percatarse de ello, Lana corrió lo más que sus pequeñas y diminutas piernas le permitieron, su hermana le siguió preocupada.


La castaña susurraba el nombre de Lana entre los árboles, las hojas y los arbustos, sin embargo, aquellos susurros eran opacados por los sonidos sonidos nocturnos de los animales del bosque, la castaña tenía en mente un miedo inmenso, le temía al Kapre. Parecía que Lana no lograba escuchar su voz,  se quedó un momento estática hasta que escuchó el crujir de ramas secas, ramas que advirtieron a la castaña la ubicación de Lana, se dio vuelta lo más  rápido  que pudo,  ella fue demasiado lenta,  así que logro alcanzarla,  puso sus manos sobre los hombros de Lana que subían y bajaban rápidamente,  el aire helado del bosque hacia que su cabello castaño se moviera de un lado a otro cual bandera  cubriendo su rostro mientras la luz de la luna caía sobre  el lago provocando que este se alumbrará al igual que un bello faro,  podía ver los ojos miel de Lana.

-Por favor Scarlett déjame ir -suplicaba la rubia

-¿Por qué  Lana?  ¿Qué  está sucediendo?  ¿Por qué  nadie me dice nada?

-Alguien... -estaba agitada-alguien va a morir.

-¿Qué?  ¿Quién?

Lana se desvaneció cayendo el suelo,  gimió,  se tapó los oídos  y comenzó a gritar de dolor,  lo que fue suficiente para que despertará toda la tribu del campamento,  fueron solo cuestión de segundos para que alguien se pusiera detrás de Scarlett y la apartaran del lado de su hermana,  Lana no dejaba de gritar,  su dolor se podía sentir en el aire,  se escuchó un crujir de árboles,  los que estaban a su alrededor se trozaron cual lápiz de grafito,  uno tras otro formando un círculo.  Alguien detrás de Scarlett la levantó por los hombros, para después otra persona hacer lo mismo con Lana.

-¡No,  suéltenme, no, yo no he hecho nada,  por favor! -  repetía Scarlett una y otra vez esperando que funcionará.

Todo se volvió silencio,  como si la noche no hubiera pasado, solo se escuchaban los gritos de la castaña,  Lana guardó silencio,  cerró sus ojos y su cabeza cayó mientras se balanceaba,  no se podía sostener más,  quien la tomaba la llevó de nuevo al campamento al igual que hicieron Scarlett.

Al llegar al campamento aquel ángel que había traído a ambas niñas con el rostro oculto, corrió hacia Scarlett.

-¿Estás bien?- su voz era gruesa y misteriosa, tocó su rostro húmedo debido a las lágrimas.

Como el Fénix  #Wattys2018Where stories live. Discover now