Como el Fénix #Wattys2018

XXIV

La cena termino. Y la ceremonia de luto comenzó.

Todos los monstruos comenzaron a caminar lentamente rumbo al pasillo de los recuerdos, donde colgarían el retrato de ambos reyes. Cada ser cargaba en su mano una vela roja encendida, mientras que la princesa y sus dos guardianes llevaban un portavela con seis espacios, uno con su respectiva vela roja encendida.

Todos debían guardar silencio, Scarlett, en su mano libre llevaba consigo el retrato de sus padres, no sentía tristeza o dolor alguno acerca de la muerte de sus padres, sino todo lo contrario, se sentía aliviada y dejó después de muchos años de cargar una inmensa carga sobre sus hombros.

En esta ocasión, nadie derramó ni una sola lágrima, las criaturas estaban ansiosas por el nuevo reinado de Scarlett, la chica a la que vieron crecer durante doce años tras los muros del castillo, creció llena de gracia por parte de los grandes líderes de las distintas comunidades que conformaban el reino.

Una fuerte lluvia arrasó esa noche el bosque, los relámpagos se podían ver desde la inmensa ventana que recorría todo el pasillo de los recuerdos. Scarlett admiró todos y cada uno de los retratos, el pasillo de los recuerdos estaba completamente prohibido para ella, y sólo podía venir dos veces en toda su vida.

La primera vez sería cuando ambos de sus padres murieran y ella debía colgar su retrato en el muro, la segunda vez cuando llegaran los jinetes a anunciar su pronta muerte.

Intentó memorizar el rostro de todos sus antepasados. Hasta que al fin llegaron, aquel pasillo comenzaba a hacerse eterno para ella.

Dejó el retrato de sus padres apoyado entre el suelo y la pared repleta de cuadros.

-Que la carne reencarne en el polvo de dónde comenzó, o  que el polvo se convierta en carne después de todo lo que pasó- dijeron todos los presentes al unísono, la princesa colgó el cuadro en la enorme pared negra y dejó su portavelas en el suelo para después alejarse un poco observando como cada una de las criaturas dejaba su vela de pie en el suelo susurrándole palabras al fuego, para que una vez que se consuma completamente la vela, estas palabras lleguen a oídos del difunto rey y reina. Pero Scarlett no dijo nada.

Jeff se acerco a Scarlett con la mirada perdida.

-Sé que no has dicho nada cariño, y te felicito- susurró Jeff a Scarlett.

-No tengo palabras ante la abominación que me han hecho mis padres, prefiero quedarme callada antes que hacer un show ante todos desatando mi ira, pronto llegará el momento en el que pueda brincar sobre sus tumbas, sólo hay que ser paciente.

-Lo que digas a partir de ahora es ley.

Scarlett se despidió de todos los invitados y ofreció posada a los hermanos Elfen para poder hablar la mañana siguiente acerca de las medidas del uso de la magia blanca en el mundo oscuro.

Jeff se encontraba en la habitación de Scarlett, mientras él le cepillaba el largo y negro cabello.

-Hay querida, estoy tan orgulloso de verte crecer todos estos años.

-Que suerte la tuya- dijo sarcásticamente Scalett.

-Oh, vamos. Debes dormir.

-¿Podrías dormir conmigo?

Jeff sólo sonrió, le encantaba dormir junto a la princesa, estaba tan arrepentido por no haberle podido contar lo de Ben, pero lo hacía por su propio bien. Le estaba matando verla tan triste sin la presencia de Ben y no poder darle el consuelo que ella necesitaba. Ambos se recostaron en la cama, Jeff dejó una pequeña vela encendida para poder ver el rostro de Scarlett mientras acariciaba su cabello.

-Siempre pensé que Ben me ayudaría a colgar el retrato de mis padres, así lo habíamos acordado- musitó la princesa.

-Lo lamento.

-No puedo estar enojada contigo, tú me conoces bien, sólo tu sabes que mi comportamiento con los líderes de las comunidades no es más que falsedad mía, odio lucir vestidos, extraño mis vaqueros de cuero negro.

-Lo hermosa tiene un precio. Me muero de ansias por ver como te luce la corona de tu madre.

-No, me niego rotundamente, manda a hacer otra, tu elige el diseño eso a mi me da igual.

-Como tu digas.