XXIII

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El bello momento solo duró unos segundos.

César Betreuer, el mesero que ayudó y enseñó  a Scarlett desde que ella era pequeña modales, moda, y  a esquivar las frases cortantes enviadas por parte de su padre. La escoltó directamente a el asiento vacío a un lado de Rubén.

-Mira que hoy he sido comprensivo y te he dejado sentar junto a uno de los chicos más lindos del lugar, el mas bello soy yo pero debido a las circunstancias debo abstenerme a quedarme en la cocina para deleitar tu paladar con una cena exquisita-habló César, hecho hacia atrás la silla de Scarlett para que ella tomara asiento, levantó la silla un poco y la acomodó a una altura prudente de la mesa. Por último besó su frente y volvió a la cocina para traer más platillos y tazas de té.

Scarlett no miró ni por un segundo a Rubén, tenía demasiada vergüenza como para poder mirarlo a los ojos, los hermanos Elfen intercambiaban un par de palabras con la princesa, estaban ansiosos de conocerla y tratar de hacer un convenio para unir los bandos, Ruhe, la princesa del lado elfo del reino era la hermana menor y Frieden el mayor solamente por dos minutos, ambos hermanos eran mellizos y lideraban en lo que les convenía a los elfos.

-¿Cómo tienes planeado unir a todas las comunidades?-preguntó Ruhe.

-Primero debo visitarlas todas, después de la coronación ese es mi plan, hablar con el líder de cada una de las comunidades e invitarlos al castillo a una reunión para hablar del tema- respondió audaz Scarlett.

-Permiteme decir que todas las comunidades ansiábamos tu reinado- siguó Frieden-. Ninguna comunidad estaba de  acuerdo con tu padre, sé que un rey impone, pero no de la manera en la que hacía tu padre.

-Yo haré las cosas distinto, sé las carencias del pueblo y sus puntos débiles.

-Así mismo deberíamos reforzar la seguridad conforme al hechizo espejismo que hay al borde del bosque, y establecer una mejor conexión en el puente con las distintas dimensiones, nos ha costado trabajo llegar hasta aquí, ¿no es así Fredd?- dijo Ruhe.

-Me encargaré de ello, si están disponibles después de la cena me gustaría tener una platica más afondo respecto a la comunidad elfo y su interacción con la magia blanca- dijo Scarlett serena.

-Oh, por supuesto- dijeron ambos al unísono.

A simple vista, los hermanos Elfen parecían pareja, pero solo eran hermanos. Tenían un pacto entre ellos, ninguno debía enamorarse de otro ser y siempre deberían ir a cualquier lado juntos, el hermano que rompiera la promesa moriría a manos del otro succionando toda su energía y magia. Scarlett no quería intervenir en su pacto y de hecho se le hacía algo mórbido, una cuestión que estaba fuera de sus manos.

Muchos más líderes de comunidades vecinas se encontraban en la fiesta diciendo peticiones a Scarlett a favor de sus comunidades, la princesa comenzaba a cansarse, pero estaba obligada a contestar cada una de las peticiones de los líderes. Estaba agotada y quería ir a su cama.

Un interruptor en su cabeza se encendió a modo de alerta, la joven Adalia estaba bajando las escaleras, esta vez miró a Rubén y a Jeff, no hicieron falta las palabras ya que ambos salieron disparados en dirección a Adalia. Scarlett se puso de pie y llamó la atención de todos para desviarla de las escaleras.

-Quiero comenzar diciendo gracias- suspiró-. Gracias por aceptarme como la próxima reina del mundo de las sombras a pesar de mi edad, gracias por entregarme toda su confianza y esperanza en tan solo unas pocas horas. Como es costumbre, se hará la ceremonia de luto esta noche y se colgará el retrato de mi padre en el muro del recuerdo, sé que es algo poco agradable para todos, pero hay que presentar el respeto debido ante las tradiciones del reino. También quiero quiero felicitar a César Betreuer, nuestro cocinero esta noche y quien ha hecho posible esta deliciosa cena.

Todos los presentes aplaudieron, y los hermanos Elfen alzaron sus copas llenas de sangre roja y espesa en lo alto.

-Larga vida a la reina- dijeron al unísono como era costumbre. En seguida, los demás invitados gritaron esa frase levantando sus copas chocandolas entre sí.




-¿Qué mierda piensas que estas haciendo?- reclamó Rubén a Adalia, quien se quedó perpleja.

-Hay cariño, no eres más que un bulto de mierda estorbando en nuestros zapatos- dijo Jeff lo más tranquilo posible, se podría decir que incluso hablaba lentamente.

-Hola de nuevo Rubb- saludo Adalia.

-Mi tercer ojo me dice que ustedes dos se conocen- el sarcasmo de Jeff voló por el aire.

-Algo así, no fue más que un simple mal entendido- se defendió Rubén.

-Claro, claro, y mi moño no es rojo- acomodó Jeff su moño por enésima vez.

-Dale, que yo ya me iba eh- dijo Adalia.

-A mi me parecía otra cosa chiquilla, mira, no entiendo porque Scarlett te ha dejado quedar en el castillo, tal vez su corazón es demasiado humilde, pero una cosa si sé- la voz de Jeff comenzó a ponerse grave-. La paciencia de Scarlett se agota muy rápido.

-¿Eso es una amenaza?- dijo estupefacta Adalia.

-Tómalo como quieres, pero si tratas de salir de tu habitación mientras los invitados están aquí, yo mismo te enviaré de nuevo por donde viniste.

Rubén la soltó empujándola levemente con su hombro.

Adalia maldijo por lo bajo, su plan sería difícil de completar con Rubén cerca.


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Como el Fénix  #Wattys2018Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon