Como el Fénix #Wattys2018

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-Pero mira a quien tenemos aquí.- dijo Jeff en su forma "humana"

-Jeff, ¿qué quieres?- pregunté harta.

-Eres tan necia como una rosa queriendo ser tulipan ¿no es así?

-Y tú tan inoportuno como la lluvia en verano.

-Pero no negarás que soy inefable.

-Eres tan...- el sentimiento de incomodidad de Rubén me hizo dejar la frase en el aire, di un pequeño suspiro relajando mi cuerpo. - El es Rubén un amigo mío.

-Un gusto. - dijo Rubén extendiendo su mano esperando ser estrachada por la de Jeff.

-El gusto es todo mío querido- estrecho su mano con la de él. - No me digas- se quedó dos segundos en silencio. - Eres un ensimismado ¿cierto?

La tensión en el ambiente aumentaba a cada segundo.

-Adiós Jeff.

Tiré de la chaqueta de Rubén para comenzar a caminar en dirección a la ciudad.

-Te veo más tarde cariño- gritó para después desaparecer entre los árboles.

-¿Quién era él? - preguntó Rubén.

-El es hijo del Amigo de mi padre, crecí con él, pero es exageradamente muérgano. Creo que a partir de aquí puedes llegar tú solo a la ciudad- me detuve en seco.

-Creí que iríamos juntos.

-Sinceramente será mejor que no nos volvamos a ver.

-¿Por qué?

-Porqué somos distintos Rubén.

-¿En qué sentido?

-Tú eres incólume y yo desangelada.

-Es demasiado temprano para sacar ese prejuicio de mi, tu amigo Jeff tenía razón, soy ensimismado. - debía admitir que tenía razón debido a que Jeff no podía mentir.

-He vivido cosas que tú no, y no los típicos momentos de epifanía.

-Eres nueva en la ciudad ¿verdad?

-Si- dije en un suspiro. Una mentira piadosa no haría daño.

-Perfecto, mañana te mostraré la ciudad, Madrid es bella en esta época- Octubre era la mejor estación para España, o al menos en el bosque, nunca había ido más allá de tres kilómetros lejos de casa.- Pasaré por ti al medio día.

-No, a mi casa no - dije rápidamente, si pasaba allí de nuevo no sé lo que mi padre le haría.

-Está bien, te veré en la fuente que se encuentra en la entrada del bosque, sino apareces iré a tu casa. Adiós, gracias por el día de hoy. - dio media vuelta me dejó allí, parada sintiéndome tan limerencia.

El sol se escondió detrás de las montañas y más allá, de un segundo a otro la oscuridad reinaba sobre España, un reinado que duraría doce horas, tiempo suficiente para dejar a las criaturas de la noche salir.

Sin saber en qué momento, llegué al lago. Admiré el mangata que apareció gracias a mi amiga la luna.

Pensando.

Herman Melville alguna vez dijo que los ojos son la pasarela del alma, pero, ¿qué es de nosotros, criaturas de la noche, qué es lo que se ve en nuestros ojos si de alma carecemos?

-Nada- dijo Jeff. - Tenemos la habilidad de mentir y desmentir a gusto.

-Odio que leas mis pensamientos.

-Eso es mentira.

-Odio más que siempre sepas distinguir entre la verdad y la mentira.

-Tu también lo puedes hacer.

-Ese es don tuyo, no mío.

-Eres la hija del rey de la oscuridad, en realidad eres más fuerte que él, tú tienes la habilidad de poseer cualquier don.

Jeff se sentó a mí lado y apoyé mi cabeza en su hombro.

-Enséñame.

-Imagínate entrando a la mente del otro. Es parecido a leer la mente, pero la verdad es la que buscas. Intententalo conmigo.

-Está bien. ¿Por qué trataste así a Rubén?

-No creo que sea buena influencia para ti.

Me concentre, rebusque en su mente y lo encontré más fácil de lo que creí.

-Mentira.

-Aprendes rápido.

-Gracias- una sonrisa salió involuntariamente de mi rostro, pero luego está se esfumó. - Entonces... ¿Cuál es la verdad?

-Existe una maldición decretada por una vieja bruja amante de tu padre, cuando él conoció a tu madre, se enamoró perdidamente, Chris era el otro extremo de su hilo rojo. El despecho de la bruja fue tal que desató una maldición: "la primogénita al llegar al mundo de las sombras será dotada de habilidades y dones nunca antes vistos, volviéndose así el ser más poderoso del mundo oscuro seguida de Lucifer. A su vez un hombre humano nacerá y se criará de gracia y compasión. Aquel humano hará nacer la limerencia por vez primera en la primogénita, convirtiendola en una simple mortal. Desmoronando al mundo de las sombras cuál ceniza".

-Joder, ¿por qué nadie me había dicho hacerca de eso?

-Quisimos creer que sino conocías de la maldición aquella no existiría. Sin embargo después de hoy me siento tan estúpido.

-Ha pasado tanto tiempo que he olvidado lo que es sentirse inmarcesible a pesar de ser inmortal. ¿Tú ya has olvidado la limerencia?

-No la he sentido en años.

-Mentira- lo miré fijamente y me cubrí la boca. - Existe limerencia en tu frío corazón. Pero, ¿por quién?

Jeff se tenso, su mirada cambió y apretó los dientes, intenté colarme en su mente, pero cuando lo logré me sacó de allí y bloqueo sus pensamientos.

-¿Cómo has hecho eso?- pregunté desconcertada.- Por favor enséñame.

-La próxima clase tal vez.