XXVI

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Jeff le comunicó a la princesa que Alonzo Dunkel solicitaba verla en su despacho urgentemente.

Alonzo entró por la enorme puerta de abedul donde encontró a la princesa sentada en la silla que antes pertenecía a su padre, si por ella fuera, ya hubiera mandado a quemar aquella silla, sin embargo,  ancestros suyos se habían sentado en esa silla por horas creando nuevas estrategias de ataque o escondite e incluso en esa misma silla se había firmado el tratado Verginal.

-Princesa- dijo Alonzo e hizo una leve reverencia, miró a Jeff y dijo- Pensé que hablaríamos en privado.

-Estamos solos, tu, Jeff y yo. El es mi guardián y está conmigo en todo momento.

-Princesa, he venido a decirle las verdaderas intenciones de los Elfen.

-¿Y cuáles son? Yo tengo una teoría, pero te dejaré hablar primero para evitar influir en tu respuesta.

-Ellos buscan cualquier manera para inculpar a nuestra gente.

-Todos son mi gente Al.

-Hablo de la gente del lado oscuro, yo mismo he estado vigilando el puente Ziel desde nuestro lado y hasta la fecha ninguna criatura ha intentado cruzar el puente, la falla del puente se debe a que una criatura blanca lleva consigo magia negra, y me temo que es magia de las más poderosa.

 -Eso es justamente lo que yo he pensado, cuando Ruhe Elfen te menciono, supe inmediatamente cual era el rumbo de la conversación, quiere dejarlos en desventaja inventando barbaridades acerca de vandalismo inculpándolos a ustedes. Una jugada sucia por parte de los Elfen, pero hay un detalle que se les ha olvidado, yo soy un ser oscuro y también soy un ser blanco, no entiendo cual es la maldita rivalidad entre el lado negro y blanco Alonzo, desde lo lejos se puede notar ese aborrecimiento entre ambos bandos.

-Lo que sucede princesa,- comenzó a hablar Alonzo lentamente- es que no toleramos la superioridad con la que se creen capaces los seres blancos contra nosotros, desde siempre se han creído los seres buenos, pero como usted y yo lo sabemos, no hay un bando bueno y uno malo, ambos bandos son buenos y malos. El término de maldad y honradez depende de como te lo han enseñado, en este reino existen distintos tipos de vista, uno más retorcido que otro y eso no lo convierte en bueno ni malo. Ese siempre ha sido nuestro pelear con los seres blancos princesa, que se osan en querer imponer un régimen de malicia y nobleza queriendo ponernos a nosotros, los seres oscuros como los malos de un cuento de hadas, y si les llegases a pillar todavía osan en contradecirse.

-¿Qué sugieres tu Alonzo?- la princesa se puso de pie y comenzó a caminar en dirección al librero que se encontraba a su derecha-. ¿De qué lado debo ponerme, qué iniciativa debo tomar?

Alonzo guardo silencio y bajo la cabeza sin saber que responder ante la pregunta de la princesa, se sentía avergonzado y no sabía como actuar, la princesa era tajante y ácida cuando se lo proponía, no era nada igual a su padre.

-Me temo que no me encuentro en posición de responder esa pregunta- dijo finalmente Alonzo.

-¿Te refieres al "incidente"?- Scarlett hizo comillas con sus dedos-. No te culpo Al, la culpa es de los hermanos Elfen y su estúpido juramento, no entiendo como es que llegaron a pensar que estarían untos por toda la eternidad. En fin, no te preocupes que estoy enterada de las cosas que ocurren en mi reino, y no me dejaré engañar fácilmente por cualquier rumor que se pueda generar.

-Gracias por el tiempo que me ha otorgado princesa.









-Que juego tan sucio están queriendo jugar los Elfen- dijo Jeff una vez que Alonzo se había marchado.

-Era de esperarse Jeff, en este mundo todo es válido y más aún si se trata de rechazar a los seres oscuros del reino, aunque es algo estúpido se vale.


Como el Fénix  #Wattys2018Where stories live. Discover now