Capítulo IV

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Me sentí llevada por el viento. No se cómo podía moverme con tanta libertad.

Me forcé a abrir los ojos. Hice un primer intento pero no parecía tener fuerza.

—Necesitamos seguir el protocolo para los nuevos pacientes.

—Vale, vale. Lo siento.

Pero no servía de nada forzarme. Y no entendía por qué esas voces me persiguían. Me acosaban. ¿Acaso querían hacerme daño?

—¿Entonces la vamos a examinar?

—No exactamente.

¿A quién examinar? Yo no quiero eso. No es bueno. Seguro que son problemas. A lo mejor eran médicos, o ayudantes de médicos.

Una cosa. ¿Qué es examinar?

—¿Está identificada?

—No. Por eso vamos a hacerle una ficha.

—Oh... Entiendo. ¿No sabemos nada de ella?

Oh. Pues sí que sabéis algo. Estoy aquí con vosotros, ¿no? Eso ya es algo.

—No. No se encontró ningún tipo de documentación y nadie respondió por ella.

—Es comprensible.

—Es una putada.

Parecían molestos por no conocerme. ¿Me había hecho famosa? Quizás querían ser mis amigos.

—Pero ella no tiene la culpa...

—Ya, ya. Aquí nadie tiene la culpa de nada.

—¿Por qué eres así?

—¿Por qué no te callas?

—Eres un antisocial. Apenas quieres que nadie te hable.

—Soy como soy.

—Y siempre culpas a los pacientes.

—¡Cállate!

Paradise [No corregido]Where stories live. Discover now