Paradise [No corregido]

Capítulo V

—¿Hola?

Hacía un rato que estaba tranquila. Dejé de moverme y mis amigos callaron. Pero apareció otra voz.

—¿Hola?

¿Hm?… Hola. ¿Quién eres?

—¿Sigues viva?

Sí. Creo. ¿Por qué?

—¿Hola?

¿Te han dicho alguna vez que eres un pesado? ¡Que ya te he dicho hola! No preguntes más. Estoy aquí.

Y note que alguien me tocaba. Mi brazo se movió. ¡Quién eres! ¡Qué quieres!

—Está aún dormida.

Es usted muy listo, señor.

—¿Sabéis por qué no se despierta?

—No, no sabemos nada de ella.

—Pues lo siento pero será inútil.

—¿Por qué?

—Porque está mal. El doctor tiene que despertarla. Me preocupa.

—¿Ves cómo debíamos haber ido antes con el doctor?

—Cállate. ¡No te lo repetiré más veces!

—¿Pero por qué eres así?

—¿Y por qué tienes que ser tú mi compañero?

—¡Eh! ¡Suficiente!

El grito de ese hombre me hizo daño. Quise quejarme pero no pude.

—Esta chica os necesita, sed adultos. Avisad al médico y que la despierte.

—...joder.

—Venga, vamos.

—Déjame.

—¡Vale, vale!