Capítulo 2

676 43 7
                                    

Kimberly


Este local o bar es de mi familia, ayudo a mi mamá con las ventas cada noche ya que no estudio y creo que debo ayudar en algo para no estar estorbando en casa y siendo una parasito. Mi mamá sabe que soy lesbiana y me acepta como soy, ella dice que no puede dejar de amarme porque soy su hija y que nací en un siglo donde todas las cosas son distintas a la de ella pero trata de entender mi decisión.


Esta noche será más larga porque estará repleta de personas ya que es fin de semana. Mamá me ayuda pero esta vez estoy sola en la barra, ella está ayudando a los meseros que son pocos. No estaré tan aburrida como a veces lo estoy, porque las personas vienen y se quedan sentadas un momento en la barra para coquetear o hablar de cualquier cosa.

Unas personas pidieron algo de tomar y les sirvo con rapidez, se van contentos como siempre. Desde que terminé con mi novia no he tenido más pareja. Llevo un año en espera de que alguien me pueda enredar y atar para siempre. Mamá no me cree pero es la verdad. Cada vez que veo parejas así felices hacen que vea la necesidad de conseguir o al menos tener una pareja.

Sacudo mi cabeza para dejar de pensar en bobadas y concentrarme en el trabajo como siempre lo estoy. Empiezo a limpiar los vasos aprovechando que no hay nadie en la barra. Estoy tan concentrada en lo que hago que no me percato de la presencia femenina que está en la barra mirando al vacío.

Veo su postura, está tensa, se rehúsa a ser tocada o mirada por alguien de este lugar, sonrío porque es algo tímida o es que no le gusta este lugar. Miro el techo, las paredes, las luces y todo está perfecto. Veo más allá de ella y creo que viene sola porque nadie más está a su al rededor, creo que es su primera vez en un lugar como este, así que decido entablar una conversación con ella.

— Hola, ¿Este no tu ambiente verdad? — Pregunto a la chica que está recargada sobre la barra.

Se gira para ver quien le habló, inmediatamente se sonroja, no sé porque pero se sonroja de una manera tan hermosa.

— Hola... Mmm... ¿Se nota mucho? — Sonríe con timidez.

Y justo esa sonrisa me acribilló.

He decidido que esa niña debe ser mía porque tiene la sonrisa más hermosa que he visto en toda mi vida. Me quedo pasmada. Hipnotizada. No me había sentido así desde hace mucho tiempo. No tengo palabras para describir la hermosa sonrisa que me dio, sin mencionar que sus ojos brillaron al sonreír, sus pómulos rojos de seguro por la pena.

Ella es hermosa. Su sonrisa es hermosa.

— ¿Entonces por qué estás aquí? — Mi curiosidad o las ganas de hacerla sonreír son más fuertes.

— Por mi prima y porque debo festejar algo sola — Responde con tristeza.

Esa no es la idea.

— ¿Sola? — Pregunto apoyando mis codos sobre la barra — Para eso estoy yo aquí, celebra conmigo — Le guiño un ojo y ella se sonroja más para luego sonreír.

Estoy perdida con esta niña.

— Sí... — Agacha la mirada — Es... — Me vuelve a mirar - ¿Quieres celebrar conmigo? — Ahora tiene el ceño fruncido.

— ¿Es malo? ¿Tu novio anda por allí? — Pregunto con decepción.

— No tengo novio — Dice con pena — Mi novia está de viajes el día de nuestro primer aniversario — Añade mirando a otro lado.

— Entonces... ¿Estás sola? — Pregunto con algo de picardia, ella asiente.

— Sí — Se ríe — Te lo dije antes.

Mi amor detrás de una barraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora