Capítulo 34

317 31 4
                                    

Kimberly

Lo más extraño que he visto en este bar es una mujer muy alta, blanca y con un cabello demasiado castaño que no parece humano pero ahora ver a mi ex hablando muy acaloradamente con la ex de mi novia es algo aún más extraño. Es un momento de saturación de todas las cosas, una catástrofe, aunque viéndolo bien y de otra perspectiva son tal para cual.

Dos arpías, mentirosas que hicieron daño para volver a seguir dañando nuestras vidas, las ignoro y sigo sirviendo los tragos. Desperté sin Citlalli eso quiere decir que fue a la universidad, no he podido llevarla, me encantaría hacerlo una vez al menos. Mamá ha estado muy estresada estos días, la entiendo, el bar se llena más que las horas anteriores y los bartender no damos abasto para toda esa masa de gente.

—¿Crees que se sepan quiénes son? — Pregunta Cassie sirviendo un trago.

—No lo creo — Las miro nuevamente para atender a las chicas que me piden tragos, algunas se las dejo gratis dándole un guiño para que se derritan y vuelvan para cobrarles luego porque sé que no seré yo la que la atienda la próxima vez.

—Deja de hacer eso con las chicas en la ausencia de tu novia — Me propina un codazo en mis costillas.

—¡Hey! — Me quejo — No le estoy siendo infiel — Me encojo de hombros — Me aseguro de ganar clientela para mi madre.

—Sí, claro — Rueda sus ojos.

No hablamos más, me tomo un tiempo para ir a comer una hamburguesa que Dylan fue a comprarme, a veces no me da tiempo para cenar, me compró tres esta vez. Cassie se acerca a mí comiendo su pedazo de pizza, nos reímos al vernos comer escondidas como si estuviésemos cometiendo robo o compartiendo un secreto que nadie más debe saber, nuestro puesto lo tomaron otras personas.

Mientras estaba cenando estuve revisando cuantas botellas tenemos en el almacén y cuantas se necesitaran para esta noche, hice cuentas sobre cada una de ellas y las escribí en un informe adelantando un poco el trabajo. Cassie termina su pizza, le doy mi último sorbo a la coca cola que me sirvieron, me sacudo quitando restos de comida en mi ropa para no ser descubierta.

Decidimos ir a bailar para quemar las calorías que hemos comido hace unos minutos para luego retomar nuevamente el turno, en mi caso, en el de Cassie no, ella lo hace porque no le gusta estar sola en el bar con personas que no trata mucho o no conoce y no la culpo a la pobre. Empieza a sonar una salsa y no desaprovechamos esa oportunidad, ella toma mi hombro y yo su cintura para guiarla en el baile, se pegó a mí y nos movemos fácil como si nos conociéramos desde siempre, la verdad es que es mi primer baile con ella y nos reímos de vez en cuando.

—¿Has bailado con Citlalli? — Me pregunta al oído.

—No — La pego más a mí para hacer un giro, un contratiempo, para otro giro, detenerla, darle medio giro, estirarla, recogerla para que nuestros rostros queden muy cerca.

—¡Wow! — Dice cuando la suelto para bailar lo básico.

—¿Qué? — Pregunto evitando reírme.

—Bailas muy bien — Dice jadeando.

—No me digas que ya te cansaste — Me río fuerte y ella golpea mi hombro.

—No es eso, solo... bailas bien — Sonríe apenada.

—¡Ay, Cassie! — Me río más fuerte — Vamos a tomar nuestro turno — Le tomo de la mano y la guio hacia la barra.

Los chicos nos vieron, continuaron igual porque ya a esta hora las botellas se han acabado y muchas personas han llegado, nos pusimos manos a la obra. Al verme algunas chicas comenzaron a decir mi nombre y como puedo les sirvo sus tragos sin que las demás se desesperen por no ser atendidas. Cassie ha derramado unas cuantas veces los tragos y me toca servir rápidamente.

Mi amor detrás de una barraWhere stories live. Discover now