Capítulo 44

321 25 4
                                    

Kimberly

El atardecer fue perfecto, hice que todo fuera diferente con Citlalli, sé que para ella lo que le hice está fuera de sus límites pero la hice salir de ellos. Disfrutó y no me puede mentir por eso, le vi el rostro de satisfacción que tiene, ese no se le quitará ni dentro de un mes, me gusta saber que le encantó como se lo hice, estaba algo preocupada por su reacción pero lo tomó perfectamente.

La dejé en su casa, quería ir conmigo al bar pero no la dejé, le dije que tenía que dormir porque le di demasiado fuerte y creo que le rompí un poco más. Me dio un beso antes de entrar a su casa, sonreí y arranque antes de que se me hiciera más tarde, no quería soportar un regaño de parte de mi hermosa madre. Llego a la casa y me ducho lo más rápido posible, no quería llegar al trabajo oliendo a sexo.

Entro a la ducha inmediatamente, cuando estoy apresurada no me gusta perder el tiempo en cosas que sé que no valen la pena. No tardo mucho en el baño, salgo envuelta en mi toalla y camino hasta mi cuarto para vestirme, cuando llego a la puerta puedo escuchar que la tv está encendida, frunzo el ceño, abro la puerta muy lentamente y me asomé a través de ella para descubrir a la invasora.

-¿Qué haces aquí? - Pregunto y se sobre salta haciendo que se ruborice.

-¡Joder! ¿No te enseñaron a tocar? - Pregunta asintiendo hacia la puerta.

-Es mi cuarto - Alzo una ceja y cruzo mis brazos - A quien deben haberle enseñado que irrumpir en propiedad privada es abusivo, es a ti - Comento, solo se encoge de hombros.

-Lo siento - Se levanta de mi cama - Solo vine para irme contigo al bar - Sonríe triste.

-¿Pasa algo? - Niega con la cabeza - ¿Pasó algo con Renata? - Pregunto nuevamente y ella mira fijamente la puerta.

-Te espero, mientras te preparo la cena - Se inclina para darme un beso en la mejilla, asiento y veo como cierra la puerta tras sí.

Niego con la cabeza y suspiro, busco mi ropa y me la coloco sin observarme mucho, cuando hago eso tiendo a hacer que las chicas me miren más y se sientan atraídas por mí, es inevitable eso, es natural. Bajo por las escaleras y miro hacia la cocina, está ella sentada comiendo lo que preparó, suspiro y camino hacia la mesa, me siento y tomo un sándwich, me sonríe y le devuelvo el gesto.

-¿Sabes qué con esto no me llenaré, cierto? - Ella asiente divertida.

-¡Claro! - Sonríe - Pedí una hamburguesa para ti - Siento como me brillan los ojos.

-Gracias - Sonrío y continuo comiendo - Vamos que se me hace tarde.

Nos levantamos prácticamente corrimos hacia la puerta cada una como si fuera una competencia, al llegar a la moto fue un desastre pero logramos acomodarnos, arranqué sin darme cuenta de que Isabelle no estaba sujetada a mí, lo bueno de todo es que no se cayó porque hubiera sido peor para mí, lo que tengo que pagar para la operación de ella o los medicamentos.

-Detente ahí - Señala a una tienda de venta de hamburguesas, sonrío y hago lo que me pide.

Ella baja y trae dos bolsas que cada una contiene dos hamburguesas, la miro y se encoge de hombros, espero que se monte y acomode, no quiero tener que comer mi hamburguesa en un hospital o en un funeral, una vez, bien sujeta a mí, avanzo un poco lento para que no ande gritando por todos lados, eso me recuerda que Citlalli no hace tanto escándalo cuando ando rápido.

Arranco rápido para llegar lo antes posible al lugar, paso algunos semáforos en rojo y obtengo gritos locos y desesperados por parte de Isabelle, lo único que hago es reírme de ella, me ofrece muchos golpes en mi espalda pero no pasa más de ahí. Extrañaba eso, disfrutar y pasar tiempo con ella, me ha hecho revivir los momentos geniales que hemos tenido juntas.

Mi amor detrás de una barraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora