Capítulo 31

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Citlalli

Definitivamente hoy no fue mi día, Kim me encontró con Renata dos veces, lo peor de todo es que ella se nota tranquila, algo malo sucederá si no hablo con ella esta noche, más bien madrugada. Miro mi reloj y dan exactamente 4:20 A.M. tengo que hablar con ella, no he podido concebir el sueño desde que llegué a casa, le dije a Renata que no me sentía bien, ella solo asintió y siguió comiendo.

Acepté salir a comer con ella porque le dejé todo en claro y ahora sabe que no tiene oportunidad conmigo porque estoy muy liada a Kimberly que no pienso dejarla por nada ni por nadie. No encontraré otra Kimberly en este mundo por ningún lado, no me daré el gusto de perderla y sé que ella tampoco querrá perderme. Tengo que ir a darle explicaciones.

Me levanto de la cama de un salto, me coloco mis vans, mi chaqueta y salgo por la ventana, me da igual si mamá se da cuenta que no estoy, esto es importante y debo solucionarlo antes de que se complique más de lo que ya está. No he pasado tiempo con Kim y eso me preocupa, antes, cada dos días estamos juntas pero nos escribimos por mensajes, ahora no es así.

No ha devuelto mis mensajes ni mis llamadas, me está evadiendo y eso no es muy agradable, llamo a Alexandrin para que me venga a buscar porque no quiero llegar sola a ese lugar, aunque está un poco lejos.

—¡Prima! — Grita porque al fondo escucho una música, se disculpa con algunas personas — ¿Qué haces despierta a esta hora? — Pregunta y ahora no se escucha ningún ruido.

—¿Dónde estás? — Pregunto frunciendo el ceño mientras cruzo la calle.

—En el bar donde trabaja el bombón de tu novia — Se ríe por su comentario y creo que está pasada de tragos.

—¿Puedes venir a buscarme? Quiero ir allá — Digo abrazándome más, el frío penetra mis huesos haciéndome temblar.

—Claro — Escucho que le quita la alarme a su auto y abre la puerta, ruge el motor, coloca sus manos libre, creo que ya viene.

—¿No estás borracha? — Pregunto teniendo un poco de miedo de que ella pueda sufrir un accidente.

—No — Responde lo más casual — Tu novia no me ha dado ni una gota de alcohol, la he estado ayudando en la barra — Comenta con una sonrisa — ¡Es tan genial! Me gusta hacerlo.

—Estoy caminando por la principal — Le indico para que no tome ningún atajo — Lo sé, esa emoción que sientes es mágico.

—Creo que te veo — Un auto se aproxima y que tienen sus luces intermitentes encendidas.

—¿Encendiste las intermitentes? — Pregunto para estar más segura.

—Sí, gafa — Ruedo los ojos — Estás patética — Vuelvo a rodar los ojos.

—Gracias — Cuelgo la llama.

Llega a mi lado dando la vuelta al auto aprovechando que no hay nadie en la calle y la policía no la ve para multarla. Entro al auto y se pone en marcha una vez, cerré la puerta minutos después de que logré abrocharme el cinturón de seguridad, la miro con enojo y ella se encoge de hombros haciendo que no le importa. Esa gira que hizo con su novio la ha puesto rebelde.

Casi enseguida llegamos al bar, no había casi gente por lo que saldrá temprano y podremos hablar tranquilamente sin ninguna interrupción, lo que sí sé es que debo aguantar una Kim mal humorada por el sueño que tendrá pero es importante hablar y quedar bien entre nosotras, no soporto la idea de que ella me esté odiando en silencio y no pase nada más.

Bajamos del auto, me arreglo un poco y entramos ambas al lugar. Adentro estaba muy lleno para ser día de semana, ella una vez me dijo que hay días donde se encuentran más personas en un lugar que otros y no específicamente tiene que ser un fin de semana. Caminamos directo a la barra, tengo la leve sospecha que Alexandrin pedirá trabajo aquí de bartender o quizás ya lo hizo.

Mi amor detrás de una barraWhere stories live. Discover now