Capítulo 16

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Kimberly


Ha pasado una semana después de haberle pedido que fuera mi novia y de hacerla mía, me siento en las nubes en estos momentos, es tan intenso e increíble lo que siento por ella cada vez que la veo, me escribe, me habla. Nunca llegué a pensar que esto fuera amor lo que siento por ella.

Desde la vez que lo hicimos no hemos vuelto a tocarnos, quiero todo con ella, pero debo ir lento para que confíe en mí. Sonrío todas las mañanas al despertar y sobre todo el trabajo se ha vuelto más ligero porque sé que la tengo a mi lado para aprender, me ayuda de vez en cuando, no quiero cargarla de tantas cosas.

En este último tiempo ha aprendido todo sobre cómo trabajar detrás de una barra, hay noches que ella no me acompaña y son esas veces donde todos preguntan por ella, están tan acostumbrados a vernos juntas en el bar que se extrañan cuando no lo estamos, eso me gusta porque quiero que sepan que soy de ella y ella es mía.

Son contadas las veces que me voy del bar para ir a verla en su casa, tengo dos noches sin visitarla de sorpresa y tengo la leve impresión de que está noche será la noche que la vea acostada boca abajo con sus manos debajo de la almohada dormida, me aprendí su forma de dormir.

Otra de sus cosas es que a veces, cuando está cansada, duerme con la boca semiabierta y se ve tan adorable así, me dan ganas de besarla al verla así de ese modo, se ve tan tierna y adorable, esos labios besables, deseables, codiciables para mí, cada vez que me permito detallar su rostro, me pierdo en sus labios rojos y gruesos.

Ella es coqueta cuando se muerde los labios, no se da cuenta el efecto que causa en mí porque lo sigue haciendo de todas maneras, se ve tan sexy y coqueta. Según ella no es coqueta pero lo es, llega un punto donde lo coqueto desborda y lo intelectual sale a flote haciéndola más bella e interesante.

Hoy debo ir a verla, cumpliremos dos semanas de salir y andar juntas, debo darle algo lindo y bonito, que le guste y le quite el aliento, no sé qué regalarle por lo que hoy debo ir a verla para saber que le gusta. Sé que ella no es material aun así me gustaría que tuviese algo mío, algo que se lo di yo para que me recuerde siempre.

Esta noche está algo callada sin ella aquí, me empiezo a aburrir al no tenerla conmigo y hacerle cosquillas, se ríe antes de que la toque, es tan sensible y adorable, estoy loca por esa mujer, me hace tan feliz, ella cree que no pero así lo es. Soy feliz con Citlalli. Mi meta es hacer feliz a esa chica.

Veo el reloj que marca las 1 de la madrugada. Resoplo de cansancio, solo quiero tomar mi moto e irme. Solo cuento estos pequeños minutos para que sean las dos y dejar a alguien más que se encargue de esto e irme a visitar a mi novia. Es de locos visitar a tu chica a estar hora pero para nosotras es un amor envuelto de locura por las dos.

—¿Está linda chica puede servirme algo? — Pregunta una niña muy coqueta pero estoy de espaldas.

—¿Qué desea tomar? —Pregunto tomando algunas botellas.

—Un abrazo y un beso de parte ella... — Cuando dice eso me volteo inmediatamente.

—¿Cassie? — La saludo en forma de pregunta.

—La misma, mi amor — Dice sonriendo — ¿No abrazaras al amor de tu vida? — Sonrío y voy a abrazarla.

Estuvimos así por unos cuanto minutos, nos separamos para reír y hablar sobre cosas que hemos hecho, las que no hicimos. Nos reímos como siempre. Es mi vecina, más bien mi hermana, tenemos la misma edad, crecimos juntas, nos conocemos tan bien que no nos hemos separado en nada.

—¿Cómo has estado amor? — Me pregunta sacando su lengua.

—Bien, feliz — Respondo y trato de tomar su lengua entre mis dedos pero ella la esconde rápido.

Mi amor detrás de una barraWhere stories live. Discover now