Capítulo 22

421 34 3
                                    

Kimberly


¿Existe algo más hermoso que despertar pensando en la persona que amas? Sí, y es despertar a su lado. La veo acostada a mi lado, sus hermosos parpados cerrados y una respiración tranquila y constante, muy profunda. Me parece maravilloso poder observar dormir a la persona que te hace feliz todo el tiempo.

Se mueve un poco y la abrazo más fuerte para que se relaje y vuelva a sus sueños. Anoche fue la mejor noche que he vivido en toda mi vida. Ella es perfecta en todos los sentidos. Me gusta tal y como ella es, no le quitaría nada ni le pondría, para mí es la chica que tanto quise y esperé tener entre mis brazos, no pretendo soltarla.

Beso su frente y empieza a hacer ruidos muy sexys que me hicieron excitar un poco pero me controlé porque debíamos estar en su casa lo más temprano posible, observo la hora y me dispongo a despertarla, es algo horroroso pero debo hacerlo, me encanta verla así quieta y tranquila, ajena a todo lo que sucede en su entorno.

—Amor... — Digo casi en un susurro y beso su frente.

—¡Uhm! — Responde pero me abraza fuerte y se acurruca más cerca de mí.

Me río por esa acción y trato de separarme un poco para que se despierte, es algo imposible. Me enredo con la sabana, y siento mis pies prisioneros en la sabana, me desespero un poco por no poder sacarlos, por tanto movimiento Citlalli se despierta, estirándose como una bella princesa.

Que romántica forma de despertar a tu novia.

Pongo los ojos en blanco, no se supone que así debería de despertarla. En mi mente fue tan lindo y romántico, debo practicar mi forma de despertar a mi novia. Cuando volteo a verla ella está sonriendo, mirar su sonrisa toda preocupación y enojo desaparece de mí y se planta una sonrisa.

—Buenos días, amor — La saludo dándole un beso en la mejilla.

—Buenos días, hermosa — Responde con su típica sonrisa.

—Tenemos que alistarnos para ir a casa — Digo apartando la sabana.

—¿Ya? — Pregunta asombrada — Unos minutos más, por favor — Me pide.

—No, no se puede — Me levanto de la cama de un solo salto y empiezo a buscar mi ropa.

—¡Ugh! Está bien — Dice levantándose de mala gana de la cama.

Por mi lado sonrío triunfante. Encuentro toda mi ropa y me visto, arreglo mi cabello que está un poco despeinado, me hago una coleta alta, son escasas las veces que lo utilizo suelto, son esas veces que me siento bonita y genial para llevarlo suelto, las demás no tanto.

Las dos fuimos a hacer nuestro aseo personal, me encanta esta nueva etapa que vivimos, ya me imagino juntas en nuestro propio baño, moviéndonos juntas en el mismo sitio, buscando o ayudando a la otra con su cabello, a arreglarse, maquillarse, es tan increíble lo que un momento tan hermoso puede crear.

Una vez listas salimos del hotel. He llevado a tantas chicas a tantos hoteles y moteles que... ninguno se asemeja a este, sé que no debo comparar porque esta vez si de verdad estoy enamorada y quiero a la chica que va caminando a mi lado, bosteza a cada segundo, la comprendo, yo también ando así.

Ninguna salida con otras chicas ha sido tan significativa como esta. Realmente ella rompe los esquemas, los patrones y mis deseos, mis metas y mis logros. Antes me sentía como la ganadora por llevar tantas a la cama o besar a muchas, pero eso se quedó atrás cuando mis ojos se posaron en la sonrisa de esta chica.

La chica de la sonrisa hermosa.

—¿Por qué tan temprano? — Pregunta de nuevo.

—Porque tu madre te supervisa — Respondo alzando una ceja.

Mi amor detrás de una barraOnde histórias criam vida. Descubra agora